Llegamos al lugar del accidente en menos que canta un gallo y gracias a que la gente hizo caso a la sirena porque con la cantidad de personas que hay en la carretera no habríamos llegado tan pronto. Dejo el coche aparcado junto con los de inteligencia y voy hacia ellos. Están reunidos con los bomberos, seguramente ideando algún plan para ayudar a toda esta gente lo más rápido posible. Hay casi una docena de coches implicados en el accidente y nos vamos a tener que repartir para ir mucho más apresurados.
- Dos bomberos y un policía por coche accidentado. -nos informa Boden- Es importante que la reanimación la hagáis al momento, si el herido responde lo sacáis rápido y os lo lleváis de allí sino lo hace tenéis que llamar a los médicos. -suspira pesadamente el jefe de bomberos- No puede haber ningún error.
- ¡Venga, vamos! -grita Hank.
Me abrocho hasta arriba la chaqueta que Shay me ha dado mientras que corro detrás de Hermann y Cruz, mis dos bomberos. Dice que es ignífuga y es mejor que la lleve ya que en cualquier momento un coche puede empezar a arder. Llegamos a un Opel Corsa blanco donde se encuentra una mujer encerrada junto a un chico de diez años aproximadamente con la cabeza completamente ensangrentada.
- Bomberos. -dice Hermann- ¿Se encuentran bien?
- ¿¡No veo!? -grita la mujer- ¿¡Y mi hijo!?¿¡Max!?
- Tiene que tranquilizarse, su hijo está aquí. -le hablo con calma; Cruz entra por el cristal de la puerta- Va a hacer que su hijo se ponga nervioso.
Miro lo que hace Cruz, le está tomando el pulso al chico pero no lo consigue y me mira para decirme el nombre de mi amiga. Salgo corriendo inmediatamente de allí y voy hacia la ambulancia.
- ¡Os necesitamos! -les grito antes de llegar- Opel Corsa blanco, la mujer dice que no ve y Cruz no logra encontrarle el pulso al niño.
- ¿Va sin cinturón? -me pregunta Shay; asiento- Seguro que es un traumatismo craneoencefalico grave y la mujer ceguera temporal por accidente postraumático.
Llegamos las tres al coche junto a los otros dos bomberos. La mujer ya está más tranquila que antes pero el chico sigue sin responder a ningún estímulo. Los chicos consiguen abrir las puertas traseras y del conductor, mientras que las chicas se ponen con el niño Hermann me ayuda a sacar a la madre del coche y a sentarla en una silla de ruedas.
La dejo aparcada en una zona apartada de los heridos graves y de los coches accidentados.
- ¡Hey, Camila! -me giro; Antonio se acerca a mí- ¿Qué te ha pasado hoy?
- Freddie Cox, él es mi ex y delante de todos ha querido saludarme preguntándome que cómo estaban mis padres. -le beso disimuladamente y se me viene a la mente Kelly- Le he dado la bienvenida sacándole el dedo corazón. -suspiro- Estoy un poco liada mejor hablamos después.
- Cómo quieras. -sonríe- ¿Seguro que estás bien?
- No, no estoy bien. -niego mirando el suelo- Creo que después de lo que te diga ya no seré la misma chica para ti.
Me marcho corriendo de allí para no tener que darle más información sobre el beso que nos hemos dado Kelly y yo. Por suerte la mayoría de los coches ya están casi vacíos porque no tenían mucha complicación pero hay algunos que todavía siguen intentando abrir las puertas.
- Camila. -me llama Boden- Tienes que venir conmigo.
Voy hacia el coche donde él, Jay y Ottis están intentando sacar lo más pronto posible a alguien pero no me acerco demasiado para no molestar. Se me hace familiar el coche pero ahora mismo no sé en dónde lo he podido ver. Quizás sea de uno de los trapicheros de los alrededores del 21 y lo he podido ver allí o puede que lo haya visto por mi barrio. Hay tantas posibilidades que es una tontería pensar cual es la acertada.
- ¿Qué pasa?
- Dentro del coche hay una mujer que te conoce. Me ha reconocido y me ha dicho que quiere hablar contigo. -asiento extrañada- Está muy grave, no dejes que en ningún momento se duerma.
- Vale. -me acerco a la ventana ropa-¡Oh, Dios!
¡Joder..! Es Victoria, la mujer del taxi. De eso conoce a Boden, fue a recogerme a la estación el primer día que llegué a Chicago y cuando tocó el claxon estaba hablando con él.
- Hola... -suspira- Hacía tiempo que no nos veíamos...
- He estado un poco liada todo este tiempo. -sonrío- ¿Cómo te sientes?
- Apretada... -sonríe débilmente- Creo que me he puesto el sujetador demasiado apretado.
Llega Casey junto a la puerta del piloto y empieza a olfatear fuertemente, como si oliera algo pero no supiera lo que es. Se le acerca Boden para ver que le pasa y con una mirada saben lo que va a ocurrir si no se dan prisa en abrir la puerta. El coche va a explotar. Debe de tener todo el combustible derramado por el asfalto de la carretera y en nada va a provocar una explosión.
- ¡Daros prisa, joder! -les grito tirando de la puerta- ¡Vamos a sacarte, Victoria!
- Chicos marcharos... -suplica ella; sigo empujando lo puerta- Con que muera solo una es suficiente...
- ¡NO! -grito- Vamos a sacarte.
Boden avisa a todas las unidades de que seguramente salga un coche ardiendo dentro de poco, tienen que darse prisa en recoger y quitarse de enmedio para que no les pille a ellos también.
- Vámonos. -dice Casey- No podemos hacer nada.
- ¡NO! -grito de nuevo- Estoy segura de que podemos hacerlo.
Jay me coge en peso y nos lleva corriendo hacia el sitio más alejado de la carretera para ponernos a salvo. Intento librarme de su agarre pero no hay manera de quitármelo de encima.
- ¡Sacarla de ahí! -grito- ¡Por favor!
De un momento a otro el coche explota envolviéndolo en una llama gigante de fuego.
- ¡NOOOOO! -lloro mientras veo como arde el coche- ¿¡POR QUÉ!?
Caigo al suelo bajo los pies de Jay y me culpo de no haber podido sacarle de ese maldito coche.
ESTÁS LEYENDO
La Unidad De Inteligencia | Chicago PD
FanfictionCamila Patton era una de las alumnas en la academia de policías de Nueva York. No se esperaba qué aquella mañana de clases cambiaría su vida para siempre pero ya ha tomado un decisión. Ahora todo es totalmente diferente. Trabajo, casa propia, amigos...