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       Desperté como siempre, un dolor en el hombro la verdad este dolor ya formaba parte de mi vida y casi nunca le mostraba atención y gracias a eso el dolor desaparecía. A la edad de 19 años es chistoso que aún viva con mi padre, pero la verdad aun no tengo idea de que quiero estudiar, pero ahora mismo estoy de vacaciones de verano, lo que significa tengo hasta el final de las vacaciones para pensar en una carrera universitaria. Siendo honesta nada me llama la atención, ni siquiera sé qué quiero hacer con mi vida pero si no me decido para el final del verano terminaré estudiando leyes para ser abogada como mi padre.

     La vida ya no tiene mucho sentido para mi, no sin él ¿quien? Mi novio. Si lose, es algo tonto el pensar que no puedes vivir sin esa persona, pero antes de que el fuera mi novio el fue mi mejor amigo, mi hermano, incluso mi prometido. Apenas el año pasado se me declaró y prometimos casarnos al terminar nuestras carreras pero… él ya no está aquí, su muerte me destrozó y caí en una depresión terrible. Casi queriendo terminar con mi vida en más de una ocasión,pero llegue a la conclusión que era el suicido es solo un acto de cobardía.

—Buenos días cariño—dijo sonriente mi padre entrando a mi habitación.

—Hola papá, buenos días—dije quitando las sábanas que me cubrían para de igual modo regalarle una sonrisa.

—¿Dormiste bien?.

      

—si pero ya sabes...—dije haciendo una pausa para sobar el responsable de mi dolor—. El hombro.

—Es algo normal—sonrío tomando asiento en mi cama para acariciar suavemente mi cabello—.¿Duele mucho?

—No—dije mostrando una pequeña curva con mis labios.

—Menos mal—sonrió despeinando mi cabello mas de lo que ya—.¿Tienes hambre?—sonrió sabiendo que eso no era una pregunta—.¿Comes con tu viejo?.

—La verdad, quiero comer en mi cuarto—dije algo decaída, no me gustaba salir de mi cuarto tan temprano.

—Lo suponía-susurró algo decaído y fingiendo derramar una lágrima con uno de sus dedos.

         Desde la muerte de Arturo mi padre hacía todo lo posible para intentar subirme el animo, pero hasta la fecha aún no era capaz de hacerme reír sin la necesidad de fingir.

—Perdona—susurré.

—Oye—me nombró seriamente, lo cual era extraño viniendo de mi padre —,ya pasó un año y tu…

—Lose—dije en voz alta interrumpiendo su hablar—. Pero aun duele no tenerlo conmigo, se suponía que nos casaremos pero...— hice una pausa pensando bien mis palabras—. ¿Acaso tu no extrañas a mamá?.

—Todo el tiempo— sonrío acostándose a mi lado y abrazándome dulcemente—. Pero aun tengo a mi hermosa hija y mínimo quiero tener un desayuno padre e hija

—Lose pero no estoy de humor —dije contestando de igual forma el abrazo

-¿Un beso?—preguntó pellizcando mis mejillas.

        Reí al darme cuenta de lo terco que era mi padre y lo abrace a mi padre y le di un beso en la mejilla, fui a la cocina y recogí mi plato para llevármelo a mi cuarto para comer mientras veía la tele. Si lose mi vida no parece muy interesante y la verdad no es solo soy una chica normal que tiene que soportar sus defectos día a día

 Si lose mi vida no parece muy interesante y la verdad no es solo soy una chica normal que tiene que soportar sus defectos día a día

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ReencarnadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora