Les Debo Mi Amor (Hayffie)

Capítulo 7

Hace 9 años

Se escuchó un lloriqueo enorme en la habitación de Lexie, y Effie aunque estaba cansada y un poco adolorida de la espalda por sus 8 meses de embarazo, fue hacia su recamara.

Cuando entró, la pequeña había dejado de llorar y se había tapado con las sabanas hasta la nariz. Effie sabía perfectamente lo que pasaba.

- ¿Tuviste otra pesadilla, no es así?

- Sí -respondió, aun con los ojos llorosos.

- ¿Y de que era esta vez?

- Que la bruja seguía molestando a papá.

- Ya te he dicho, cariño. Las brujas, fantasmas o monstruos no existen. Así que tranquila. No le pasa nada, te lo aseguro -le aclaró pero cuando tocó la cama, sintió mojado- ¿Volviste a tener otro accidente?

Negó con la cabeza inmediatamente - No.

- Lexie, ya habíamos hablado sobre esto. Debes irte al baño corriendo cuando esto suceda.

- Lo siento, mamá -volvió a llorar.

- No, no llores. Ven vamos a... limpiarte y esto mañana lo limpiamos, ¿de acuerdo?

- Sí.

- Muy bien, vamos para que vayas a dormir en mi cuarto. Solo recuerda de no tener el mismo accidente en mi cama.

Habían pasado 5 meses desde la desaparición de su esposo y aun no sabía nada de él. Solo tenía otra carta que él le mandaba a Lexie. Ella ya no sabía si era una buena idea volver a dársela a su hija. Ya que la pequeña tenía constantes pesadillas, aunque ahora, eran menos pero cuando su padre le mandaba una carta, ella solía tener estos problemas. Así que decidió, no darle más cartas de su padre.

***

Escucharon que tocaban la puerta, así que abrieron.

- Hola, princesa -La recibió Peeta- ¿Y tu mamá?

- Mi mamá me pidió hablarte, dice que no cree aguantar. Se queja muy feo -Explicó la pequeña Lexie algo angustiada.

Peeta no lograba entender por un segundo, hasta que se le boto la canica y le pidió a la rubia quedarse en casa.

- Todo estará bien -fue lo unicó que dijo, antes de correr hacia la casa de su ex escolta.

Al adentrar se en la casa, de inmediato la vio sentada en el sillón de la sala, retorciendo de dolor.

- Le hablaré a la ambulancia -comunicó nervioso el chico.

- Peeta, no creo aguantar hasta el hospital, ya viene. ¡Ahhhhhh! -pujó muy fuerte. Así que Peeta se le acercó algo nervioso y pidió permiso para revisar- Claro, por favor.

No estaba cómodo en ver la intimidad de su ex escolta y más si la consideraba una madre para él pero aun así, dejo su nerviosismo y la ayudó.

- Creo que veo la cabeza -dijo, Peeta algo asombrado- Sigue pujando Effie. No te rindas. Falta poco.

Ella siguió pujando y lloriqueando. Esto era muy difícil y más sin el apoyo del padre de sus hijas.