ABSOLVERE

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<<Para que la vida sea vida, para que la muerte sea muerte, y para que el fatídico baile entre ambas continúe siendo eterno, se necesita que una de ellas posea una característica intrínseca que la revitalice y la levante sobre la otra >> 

<<Y esa parte beneficiada es Vida, y esa desavenencia tramposa que la mantiene pulcra ante Muerte, es Resiliencia>>

 Pensó.

Mientras bajaba hacia el sótano sentía su cuerpo desvanecerse; una brisa con sabor a primaveras pasadas se había perdido igual que él en esas escaleras y quería llevarse su alma. Y ésta última, perturbada por el sinsabor de la infelicidad, deseaba irse con ella.

Ya no podía dilucidar el momento en que su corazón había tomado el desasosiego de la incertidumbre, como el camino más noble.

– No merezco llamarme "Sabiduría" – susurró.

Sus pies lo condujeron silenciosos hasta la puerta que lo desvelaba por las noches,  y sus músculos comenzaron a crisparse. La sintomología de estar cerca de aquel que guardaba en la habitación se hacía cada vez más presente en su cuerpo. Su corazón latía al son de una melodía que no llegaba a sus oídos y su aliento huía de su pecho.  

Estaba frente una debilidad humana o delante del sadismo de una bestia. Lo que estaba allí detrás no era un Dios y Sabiduría lo sabía mejor que nadie.

Él estaba frente un cazador.
Frente una presa.
Finalmente, se encontraba frente la presa que en el último momento de la caza remata al cazador.

Acomodó su lentes, tragó el acíbar del miedo y abrió la puerta para que un olor dulce le embargara los sentidos. 

Exhaló un aliento vacío.

Entró y sus ojos se posaron en el sector cercado de la habitación, mirando más allá de las rejas, donde la oscuridad reinaba y ocultaba una quimera que había sido olvidada por su soñador. 

Despierta, encontré algo   intentaba no titubear, pero la firmeza que emulaba le escocía la garganta.

En la oscuridad un par de orbes amarillas se abrieron y se posaron impúdicamente sobre él; y Sabiduría, como todo ser empático, se quedó ensimismado en ellas, porque era imposible no hacerlo. Y no fue hasta que sintió el siseo de las cadenas y el ruido de palmas apoyándose sobre el suelo, que despertó de su ensueño.

Era peligroso bajar la guardia ante él.

Dime qué es esto  musitó mientras desenrollaba una hoja de papel, se aclaró la garganta y leyó; con voz clara y firme, sintiendo cada palabra mellar en su pecho.

"Recuerdo que a ti te gustaban tanto las aves que aprendí a trinar.
Recuerdo que a ti te gustaban tanto las flores que aprendí a renacer como ellas.

Vida, he mirado el cielo y sólo he podido contemplar una parte de lo que solía ser. Su preeminencia ya no es un privilegio para tus aves, sino un pesar. Últimamente no hay cantos en el cielo, sólo el arrullo del viento cantándole a la soledad de las nubes.

Vida, se han amustiado 100 primaveras desde nuestro último encuentro, y junto a ellas te has ido marchitando. Creo que has olvidado quién eres; desde la última vez que nos vimos no ha dejado de llover.

La lluvia ha atacado a todos.

La lluvia ha ahogado mis flores y ha empapado las alas de tus aves.

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⏰ Última actualización: May 11, 2017 ⏰

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