¿Que te puedo decir sin tener que mentirte?

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Te mentí... Si te he soñado.

Hace ya algunas lunas, en medio de la fría noche, acobijado por un aguacero... me acosté pensándote.

No recuerdo el momento en que cerré mis ojos y empecé a verte más claramente.

De las pocas imágenes que quedan en mi después de levantarme, está, el haber entrado a una habitación en una pequeña casa de bareque, de esas que entre las grietas de barro reseco por la temperatura de los eternos veranos, se veían siluetas de viejos sueños, de texturas irregulares, del esfuerzo en construir un resguardo para una vida entera.

Eras tú sobre esa cama, estaba todo totalmente oscuro, bueno no creo que para nosotros fuese así, porque en medio de todo. Rayos de luz se colaban entre el techo apenas puesto sobre las paredes... Pequeños caminantes dorados de luz que sobre tu piel la iluminaban y desdibujaban un paisaje de canela cubierto de fina hierba dorada.

Tu allí, acostada con apenas una ligera blusa traslúcida y unas piernas que pretendían embelesarme durante toda la vida.

Me acerque por instantes, mientras veía danzar y danzar la luz sobre ti... Estabas inmóvil pero tan cambiante solo para mí.

No sabía cómo romper el hielo, supuse que si solo me sentaba a un lado de la cama en algún momento tendría que tocarte.

A pasos del más torpe pingüino me acerque a ti, me quedé a medio camino... (No puedo ser tan tonto como para esperar a que algo suceda si la tengo tan hermosa para mí).

Decidido, solo pude quedarme fuera de la cama, pero me incline y con un suave gesto reíste como al ver el más ingenuo e infantil acto.

Me apena, pero no soy de los que se queda a medias... Recuerdo que las manos temblaban, pero aun así trate de acariciar tus mejillas mientras separaba tu cabello de tu rostro.

Mirándote a los ojos ( esos enormes y bellos ojos cafés, cafés como la tierra de mi casa después de un aguacero; hermoso café!!!) Sonreí con una mueca a medias y con mis labios resecos frote tus labios tan lentamente que solo esperaba a que me dejaras a un incompleto beso por tu rechazo, no lo hiciste... Dejaste que te besara.

Prometo que no te mentiré en esta línea ni en ninguna otra, pero aún siento tus besos sobre mí, como cuando llegas de la playa y aún acostado sientes las olas sobre tu cuerpo.

Te juro, eres magia en un matiz de panela.

Es increíble cómo por instinto cerramos los ojos al besar, creo que es el acto más increíble de la vida, aún sin saber besar sabemos que lo que genera un beso se ve a parpados cerrados... Creo que contigo el mundo se disfruta a puertas cerradas.











No creo que deba escribir más de aquí, empiezo a sentir que tengo que tocarte, aunque esté debajo de una imponente noche y entre una gran distancia.







Estabas sobre mí, con tu blusa semi abierta besándome, como pude te hice saber que quería más que solo un beso... Recuerdo que sobre tu cuello repase a besos húmedos hasta llegar a tu pecho, con lo tibio de mi aliento empecé a tomarte mucura a mucura.

Cómo quién besa a su gran amor, así bese tus senos, su olor... Su sabor... Son perfectos!

Recuerdo que sobre ellos después del más delicado beso puse mi lengua de la forma más descarada sobre la cumbre de cada uno de ellos.

Así baje luego de un tiempo sobre tu abdomen mientras veía a tras luz como tus vellitos se erizaban al pasar de mis manos y mis besos.

No creo poder seguir más, es obvio que para mí es mágico soñar contigo, pero han de haber cosas qué debo guardarme, no es justo que te entregué mis confesiones luego con que me quedo yo?

Penitente De Un SueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora