Eres muy hermosa, resentidos contigo están los ángeles.
No es normal ver en ti el cielo, si de ti esta mi adoración al altísimo.
Temo el que si en alguna vida pasada haya hecho tanto bien, que mío haya sido una parte del paraíso y que en el presente viva mi paraíso junto a ti.
Temo eso, no por mí ni por ti.
Sólo que siento corto el tiempo que pueda demorar contigo.
Ni un millón de vidas alcanzan para amarte, ni eterno es el infierno si de mí depende esperarte.
Conduélete de mí, si es que piensas en dejarme.
Conduélete oh altísimo, porque de ella me he enamorado.
Siempre esperé conocer a alguien como tú. Pero no he esperando a soñar contigo por las noches.
Aunque hace mucho que no sueño.
Mis noches son de desvelo, entre incoherencias y relatos a medias poso mis sienes sobre mi almohada, esperando mi alma volcar hacia ti.
Pero el recuerdo de tu distancia ahuyenta la paz en mis párpados, y en vez de ver el infinito vacío al cerrarlos, sólo te veo a ti.
Cuanta paz e intranquilidad he hallado en ti.
Vacío de mí me encuentro e inundado de ti existo.
Mentiras digo al decir que te amo... Mentiras y mierda es mi actuar.
Como no ha de serlo, si una tormenta de inexplicables sensaciones, palabras, colores, arte y reacciones están en mí al vocalizar tu nombre y eso supera al amar.