Lamento y agonia

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Me desconozco inmensamente.

Entre miles de plegarias como las de un náufrago que en medio de un cielo encuentra su dirección.

¡Desconozco tanto mi ser, que mis palabras son dagas para mí!

Hace tanto que no reconozco mi hablar ni mi actuar, diría en cualquier otro momento.

Que el mundo ha tildado todas mis palabras, pero hoy sé, que en realidad yo me acobardé, temí y peleé contra mi verdad.

Malvado disfrazado entre chistes y atenciones.

Un egoísta que vela por su sonrisa, destruyendo ilusiones, por inherencia vivo... Perdonamé oh Dios, perdona mi silencioso pecado!

He pecado contra ella, contra ti y contra el cielo.

Ofrendas en abundancia daría porque la cordura me engañará con dádivas.

Su nombre lo reconozco entre susurros y miradas... Mi rostro del suelo no lo puedo levantar, sucios están mis pies, mi corazón y mi lengua.

De evidente carencias camino y de dolores siento vivir.

¡Lo lamento!

No reconocí tu valor hasta hoy.

¡Perdona me!

No debí, no quise lastimarte.

Penitente De Un SueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora