Prólogo-Inicios de un trágico final.

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SIDE A

La respiración errática y sonora era lo único que se escuchaba en la habitación. Era fuerte y molesta, hasta que percate de donde provenía y era de mí. Mis ojos que hasta el momento parecían no haber captado para nada la situación se abrieron con fuerza, como un ser que descubre el mundo por primera vez.

No sé la razón exacta por la que mis brazos estaban teñidos de un brillante carmesí tampoco comprendía la viscosidad en mis extremidades.

Estaba arrodillado en el suelo frio y de madera, giré mi cabeza de lado a lado buscando reconocer el sombrío sitio donde estaba, la escasa luz que se filtraba por los vitrales incrustados en madera,me ayudaron a despertar. El sonido agitado de mi respiración me golpeaba como una pelota justo en el rostro, trayendome a la realidad.

¿Qué había sucedido? Y ¿Cómo terminé en este lugar? Eran las preguntas que rondaban por su mente.

Intenté levantarme y tropecé con lo que parecia ser un bulto o masa. Era una mujer, una hermosa mujer; de cabello no tan largo, ni tan corto y  castaño, con un tono rubio sobre su final, habia un pequeño tatuaje de forma extraña parecian ser un triangulo con algo dentro de el, tenía un rostro tan relajado que me tomo varios segundos notar que aquella mujer no estaba relajada simplemente estaba muerta. Sus labios tenían apariencia fragil y rosa, una gota de sangre recorría un camino casi seco por sus finas facciones. Quizás esa era la respuesta a todas las intereogantes que venian a mi mente desde que desperte. Esta mujer muerta solo podia significar peligro.

Se acercó más a ella y un ruido metálico y quisquilloso resonó en el salón, era una daga cubierta de sangre que hace solo unos segundos estaban en sus manos. Estuvo tan absorto en sus pensamientos que no noto la daga que llevaba.

Yo asesiné a esta mujer. Eran las únicas palabras que irónicamente con algo de sentido cruzaban por su mente desde que despertó.

Algo lo había estado incomodando desde que desperto y era el hecho de su extrema calma, para ser alguien que no toleraba la sangre o siquiera los golpes estaba relativamente actuando con normalidad, algo estaba mal, simplemente no se sentía "el".

Intentaba ponerme de pie, mi cabeza se sintió arrasada por un tren que va a máxima velocidad.  Incontables imágenes bombardearon mi mente, eran recuerdos, no, eran algo más podía sentirlo, imágenes en secuencias parecían tomar un orden dentro mi, hubo algo que pude reconocer, era inconfundible, la mujer junto a mí. Ella se encontraba sonriendo sostenía un café y parecía disfrutar de la compañía de quién estaba con ella, me tomó unos segundos darme cuenta de que me sonreía a mí, levante mi brazo para llevar un trago de capuchino a mi boca, la escena en mis recuerdos cambió sin avisos.

Dos cuerpos desnudos entre risas y jadeos, podía sentir mi sudor caer por mi espalda y el suyo caer por sus senos hacia mi pecho, mordía mis labios tan fuertes al punto de sentir como los cortaba de a poco. La imagenes dentro de mi cabeza volvieron a cambiar, senti mareo estaba en la habitación donde había despertado. Ella me miraba fijamente y me decía algo, más bien parecía haberlo susurrado, no pude entender, mis manos estaban sobre su cintura la daga que me acompañaba estaba entre mis dedos y la sangre nos cubruia por completo, un sonido fuerte me sacudió.

Era la puerta, había sido tirada con demasiada fuerza, giro tras de si con rapidez, quería ver quien o que había sido pero era demasiado tarde.

Desperté otra vez, de nuevo en la realidad lejos de mis recuerdos borrosos y bizarros, mire a la chica al frente de mi y solo pude lamentarme no sabia que habia sucedido no podia recordar nada más.

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