Parte única.

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"Me gustas"

Dos palabras, palabras bastantes simples para la mayoría de las personas.

Y aún así para él, eran las palabras más complicadas que podría sacar de su boca.

El hecho de confesarse siempre era algo fácil -según su opinión- para los malhechores que solía desenmascarar en su trabajo como detective. Sin embargo el que el famoso detective del oeste lograra reconocer su verdad si que era un reto. Y es que vamos, no podia comparar el declarar los motivos de algo tan vulgar como un homicidio con temas románticos.

No era cobardía lo que le detenia...

Bueno. En realidad si tenia algo de miedo.

Pero más allá de que soltarle eso a su amiga de la infancia le aterrara -le asustaba pensar en la reacción de Kazuha- estaba el hecho de que a su parecer aún no se le presentaba el momento adecuado para aquello.

"Momento" ese era su principal problema para por fin liberarse del pequeño peso que carga y expresar los sentimientos que tiene desde niño por su amiga.

Antes había tenido bastantes oportunidades para poder decirlo, pero siempre terminaba arrepintiendose a último minuto, y solo terminaba soltando comentarios pesados que hacían enfurecer a Kazuha. Se había ganado un par de golpes de su parte por ello.

Era un idiota. Lo sabía. Shinichi
-su amigo, el detective encogido- siempre se lo repetía. Él mismo era consciente de que se comportaba como un tonto frente a esta situación. Pero no podía evitarlo.

Y en parte culpa a Kudo por eso.
Si es que desde que se entero que su mejor amigo confesó sus sentimientos a la chica de la agencia de detectives en Londres, algo le golpeó en su orgullo.

Kudo ya iba adelantado como siempre respecto a él.
Y no. Eso si que no podía permitirlo.

Recuerda aquella vez en la que perdió los estribos al pensar que Kazuha se estaba involucrando con un tipo peligroso y en el que sus celos y preocupaciones le hicieron decir -o más bien gritar- un "No toques a mi Kazuha" en medio de una abarrotada Ebisubashi. Desde ese momento se había echado la soga al cuello.

La azabache le había pedido una explicación del porqué soltó semejantes palabras y él no hizo más que hacerse el desentendido apelando a que ella había oido mal, pues jamás dijo semejante cosa -no quería que la declaración fuera en un lugar tan común- y acabo destruyendo las ilusiones de la chica en el proceso.

Pero desde entonces le había dado vueltas a ese asunto y se había terminado decidiendo. Se confesaría. Le diría a Kazuha Toyama que la amaba.

Ahí comenzó su odisea para encontrar el momento idóneo para expresar sus sentimientos. Lo principal era encontrar el lugar ideal. Un lugar que superara con creces una confesión frente al Big Ben de una calle londinense.

Se veía cómo un idiota. Daba la impresion de que su mayor motivacion era el ganarle a Kudo y sentirse superior más que declararsele a la muchacha.

Pero no era asi. El quería que aquel momento fuera especial. Debía ser el momento más bonito que pudiera albergar Kazuha en su memoria.

Pero aquellos tres intentos que realizó, habían fracasado rotundamente.

La primera fue arruinada por culpa del ambiente -en parte se debía al del asesinato ocurrido ahí también- que unos tontos extras aspirantes a zombies en una película, le habían dado a su lugar elegido.

Luego el inspector idiota de turno, al armar un alboroto totalmente innecesario y llamar a las fuerzas especiales de la policía, logró que irrumpieran en su momento mágico y a solas.

Para finalmente por culpa de las demoras al resolver un caso no llegar a tiempo para su cita acordada y de una vez por todas hablar.

Definitivamente algo no andaba bien. No importaba cuanto se esforzara algo siempre se presentaba para arruinar sus planes.

Incluso llego a preguntarse si estaba bien el querer seguir con ello ¿Y si el destino trataba de impedir que su corazón fuera roto por un posible rechazo?

No, no, no. Estaba pensando tonterías. Sabia muy bien que ésta tenia un sentimiento igual por él. Solo bastaba prestar atencion a sus sonrojos y nervios cuando se ponía algo más amigable y atento con ella, además de su obvia ansiedad y la necesidad que mostraba por saber que es lo que siempre trataba de decirle cuando algo los interrumpía.

Alguna vez escuchó que había un momento para todo, últimamente esa frase se le repetía a menudo.

"El momento ideal"
Realmente deseaba que aquel momento se le presentara rápido. Sabia que su capricho por querer algo ostentoso podría costarle.

Temía que si dejaba pasar mucho tiempo los sentimientos de Kazuha hacia él, pudieran cambiar.

Pero...
Se esforzaría.
Se seguiría esforzando para lograr armar aquel escenario de ensueño que tanto anhelaba.

Lo haría porque era lo menos que se merecía su querida Kazuha. Su chica chillona y gritona pero dulce y amable a la que amaba tanto.

Esa con la que discutía a diario -usualmente llamándose estúpidos el uno al otro- pero que aún así le importaba más que nada en el mundo.

Por supuesto que sí.
Su momento especial llegaría.

Quizás se le presente -aunque no lo quiera- en medio de la resolucion de algún crimen.

Quizás aquella confesion se dé de manera casual, sin las campanadas de una majestuosa construcción europea de fondo.

Pero... Sí. Si ese momento se le da mientras tenga a la chica que tanto adora frente suyo y logre expresarle eso que aveces lo hace suspirar como un verdadero idota.

Ese momento definitivamente se volverá el momento de Heiji Hattori.

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Este vendría siendo mi primer escrito. (?) /u\

Realmente me dieron ganas de incursionar en esto de la escritura -gracias al apoyo de una amiga- y no encontré nada mejor que hacer un One-Shot de mi OTP en Detective Conan.

Trate de acercarme lo más posible a lo que mis Hc me dicen que piensa Heiji sobre su demora para poder confesarsele a Kazuha. xD

En fin, gracias por pasarte y por leer hasta aquí. ♡

El momento [One-Shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora