I. Bruno Abels.

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Cuando le ofrecieron convertirse en un dios tenía veintidós años.

No se negó, ni aceptó. Prefirió guardar el secreto hasta que volviese a él, hasta que estuviera pisándole los talones y lo hiciera sentir escalofríos de sólo pensar en él.

Estaba cansado de esas cosas de semidiós que lo había perseguido desde la más tierna infancia; Cansado de esa rabia que le hacía hervir la sangre y doler los nudillos. Las cicatrices que lo perseguían, de los amigos perdidos en batallas.

Quizá fue por eso que se fue a solas a la universidad. Lejos de todo, lejos de ellos.

Hizo otros amigos, mortales cuyos temores y traumas era igual de significativos pero no tenían similitud a los de él.

-¿Quien es ella?- Un día de esos, unos lentos, que rozaban el aburrimiento, cuando estaban estudiando en la biblioteca la vió por primera vez, sentada en una esquina, leyendo atentamente un libro.

-Es Nadia,-Le contestó una de sus amigas, después de darle una rápida mirada a la chica. Ella estaba estudiando junto a él, entrando en pánico por el examen que tendrían en un par de horas, más entrada la noche.- La chica del escándalo del semestre pasado.

-¿Qué escándalo?- Otro de los de su mesa se entrometió en la conversación.

-Acusó a Bruno de haberla violado en la fiesta de inicio de semestre.- Indicó la misma chica.- Y, cuando los llevaron a juicio con la falta de pruebas y todo, se retractó. Dijo que sólo estaba resentida porque no le había dado una oportunidad. Está loca, si me lo preguntas.

-¿A qué Bruno?

-Bruno Abels, el presidente del cuerpo estudiantil.

-Sigo impresionada de que no la expulsaran de la escuela.

-Conocemos a Bruno. Es demasiado buena persona como para hacer eso, y con lo del juicio salió a luz que está aquí por becas y todo. Quizá académicamente es demasiado buena como para perderla.

-Escuché que su madre se suicidó hace un par de años.

-¿No era que se hacía cargo de un par de hermanos?

-Servicios sociales se los quitó un poco antes de su acusación a Bruno. Si me preguntas a mi, la pobre chica sólo quería atención.

-¿Cómo sabes todo esto?-El semidiós torció el gesto y miró a su grupo.

-No lo sé. Lo he escuchado por ahí.

-¿Quieren ir al bar después del examen?

Después de su prueba y el bar, en el que no bebió más que una cerveza, se encaminó a su dormitorio de la universidad. 

Sus amigos o vivían fuera del campus, o en edificios lejos del suyo, por lo que no tardó en quedarse sólo.

Sus ojos vagaron por el patio de la universidad, desierto a esas horas de la noche.

La lluvia comenzó a caer fuertemente, y se apresuró al edificio de los dormitorios. Con lo pesado que era su compañero de cuarto, lo más probable era que lo dejase encerrado afuera toda lo noche, por haber perdido su llave, esperaba llegar lo suficientemente pronto.

Entonces, la divisó entre los contenedores de basura que estaban alejados de los edificios y cualquier camara.

No supo por qué lo hizo. No debía estar ahí, ni tenía nada que ver con ella.

Y, a pesar de eso, caminó lentamente a la figura de la chica, Nadia, y sólo cuando estuvo lo suficientemente cerca escuchó la voz de otra persona.

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⏰ Última actualización: Apr 06, 2020 ⏰

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