6. ¿En clases no?

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Con una energía palpable, Amy detiene el coche, al escuchar el inicio de mi relato sobre el día de ayer con el profesor Harvet. Aún no puedo creer que ella ha sido capaz de madrugar y venir a buscarme tan temprano para saber todos los detalles, antes de que me vaya a clases.

—¡No me jodas, Rach! —El grito de Amy refleja su emoción— ¿Y qué le dijiste cuando confesó que le gustabas? Cuéntamelo todo.

—Le pregunté si había tenido un hámster.

Confieso, sintiendo nuevamente como la vergüenza se siembra en mi estómago. Aún recuerdo la expresión del señor Harvet al escuchar mi pregunta... No sé qué pasó por mi mente en ese momento. Mientras yo siento mis mejillas arder, Amy se esfuerza por no reírse, pero la avalancha de carcajadas que retiene solo hace que esta tome más fuerza.

—Rach, ¿De verdad, un hámster?

Ella es incapaz de formular su pregunta y desconcierto sin parar de reír. E incluso los ojos se le llenan de lágrimas, por la diversión. Aunque la situación sigue estando presente en mi cabeza, las carcajadas contagiosas de Amy me invitan a unirme a su ataque de risa.

—Sí. ¿Un hámster te imaginas? Quise que me tragara la tierra cuando me di cuenta de lo que preguntaba. Sí le gustaba, creo que ya no.

—¿Pero él que te respondió? —Interroga, no sin antes tomar una bocanada de aire para calmarse.

—Que no había tenido uno, pero hubieses visto su cara... Era de "¿A qué viene eso? Loca" —cubro con las manos mi rostro, muriendo de vergüenza.

—Eso fue antes o después de decirle que también te gusta—sin poder creer lo que dice la miro— Porque te gusta, ¿verdad?

Hay un incontable momento de silencio, sé que mi amiga necesita una respuesta y yo no estoy segura de tenerla.

—Después de ver la estupidez que dije, me fui... Y no me gusta.

—Vamos, ahora repítelo hasta que tú lo creas y yo lo acepte —dice en tono insistente—, Mark está muy bien y te ha dicho que le gustas, Rach. ¿Necesitas una bendición? Marica, yo te la doy.

Pese a que su comentario trasmite constante diversión, sé que habla en serio. Y escuchar aquellas palabras en voz alta, es aún peor. Aunque existen cualidades de él que pueden llamarme la atención —como la manera tan elocuente con la que habla, su inteligencia o físico—. No deja de ser mi profesor.

—El solo hecho de planteármelo ya es un GRAN problema. Esto no está bien, Am.

Debo admitir también que sigo queriendo a Jackson.

—Un gran y guapo problema —señala Amy, tiene razón—. Vamos, Rach, ambos son adultos lo de "No es correcto, no está bien" Déjaselo a mi abuela.

—No sé qué pensar.

Todo es un conflicto, entiendo que la vida da vueltas, pero a mí me está usando como su pelota.

—Es por Jackson ¿verdad? —Cuestiona. No hay necesidad de contestarle. Ella conoce la respuesta—, deberías pasar página Rach, darte la oportunidad de conocer a Mark. Y con esto no te estoy diciendo que Harvet valga cien por ciento la pena, pero como decía mi abuela...

—Oh, aquí vamos —rompo a carcajadas, Amy siempre sale con los dichos de su abuela.

— Calla, no me interrumpas, Rach, como decía... El dicho de mi abuela "Sarna con gusto no pica"

—Sarna con gusto, ¿qué...?

—No pica, amiga. Quiero decir que un desastre con ése bombón no es tan desastroso.

¿En clases no? - BORRADOR 2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora