Demencia

Ya no hay vuelta atrás

Ahí se encontraba Joe, tirado en el piso de la cocina ebrio, le habían diagnosticado demencia hace unos meses, su hijo Rick , siempre trataba de consolarlo y tratarlo de convencer de que dejara de tomar, pero nunca pudo, en su último día de vida el ya no reconoció a nadie, su hijo profundamente adolorido, llegó con él y le dijo:

-¿Recuerdas aquella vez que fuimos al parque y me viste andar en bicicleta por primera vez?

A lo que respondió:

- Lo recuerdo.- Se mostró desinteresado pero logro responder la pregunta.

- Eso nunca pasó.-

-¿A que te refieres? - Dijo el padre.

-Nunca aprendí a andar en bicicleta, siempre me dio miedo y tú no mostraste interés en lograr enseñarme.

-¿De que estamos hablando?- Joe tratando con todas sus fuerzas intentaba poner atención a su alrededor.

-¿Recuerdas aquel día que me trajiste el videojuego que tanto esperaba desde mucho tiempo cuando tenía 9 años?

-No, no lo recuerdo.- Confundido respondió

-¿Recuerdas los días en los que te intentaba esperar despierto hasta que llegaras del trabajo pero me quedaba dormido?

-No! No recuerdo nada déjame por favor.

-¿Sabes quien soy?

Dudó solo para decir lo siguiente.

-¿Nos conocemos? ...

Rick no pudo evitar llorar frente a él. Lloró desconsoladamente.

- No, no nos conocemos, tú no mostraste ser el hombre que prometiste, descuidaste al resto de tu familia, solo te enfocaste en ti, en lo que tu sentías. No te conozco por que cuando llegaba de la escuela estabas molesto sin razón, por que nunca fuiste valiente. Nunca te enteraste de mis problemas. ¿Por que papá? Por que lastimar a alguien de esta manera?

-Perdón.. intenté ser mejor pero nunca pude.- Joe comenzó a llorar. No podía controlarse, se sentía tan vacío, sentía que nada estaba a su favor, había hechado su vida a la basura, se condenó a muerte, siempre decía que había que vivir el momento y pasara lo que pasara seguir adelante por que todo se puede superar, pero no pudo, alzó la cabeza para ver a sus hijos en frente de el.

Detrás de Rick salió su hija pequeña y se paró atrás.

-Hijos, no recuerdo mucho lo que hemos compartido pero les juro que siempre estaré al pendiente de ustedes, nunca los volveré a dejar solos, prometo ser el padre que ustedes deseaban.

Se quedaron callados por un tiempo hasta que Joe dijo:

-¿Hijos?

- Papá, ¿Recuerdas el día en que nos suicidamos?

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