Antes que nada, espero que les guste este one-shot. Si quieren saber como es el arnés, les dejaré el link. https://tealecoco.com/product/double-pentagram-fullbody-harness/
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En una silla yace sentado, con el cigarrillo a medio acabar entre los labios, cabello alborotado y cuerpo desnudo. La cama desecha y el olor a sexo, a semen y sudor es el único aroma que prodiga toda la habitación. Es Eren sentado ante la expectativa de algo nuevo que fuma mientras Armin se decide a salir del baño donde minutos antes batallaba con el arnés de cuerpo entero.
- Armin – seduce una voz profunda, ronca.
El interpelado traga en seco mirando su reflejo en el espejo de cuerpo entero. El resultado es atractivo, seductor, totalmente hilarante a la vista.
Su mirada azul recorre tramo a tramo cada parte de su persona. Eren insistió tanto en eso que de sólo recordar la manera en la que lo convenció se le colorean las mejillas de un tierno rojo.
El arnes es completamente negro, lo deja desnudo enteramente pero adorna muy bien su pecho. Las correas de elástico se entrelazan en su abdomen dejando una figura de pentagrama al igual que en la parte del cuello. Armin se siente expuesto definitivamente.
No pensó que Eren tendría fetiches con ese tipo de conjuntos. Era cierto que su novio gustaba de vestirlo con baby doll, medias de nylon, de red, de encaje. A veces usaba braguitas que exponían en todo su esplendor su respingon trasero, otras, Eren preferia ligeruos sensuales sólo de encaje y cubrir sus bonitos pies con zapatillas.
La petición de aquella mañana había quedado en incognito con la promesa de que le contaria más tarde de que trataba. Armin no menciono algo más después de ello con la esperanza de que Eren lo dejara en el completo olvido.
Si tenía que ser honesto, admitiría que le encantaba seducir a su novio de esa manera, que Eren era un terremoto en la cama con la capacidad de sacudirlo y dejarlo fuera de combate.
Esa pasión que los unía, aunado al amor que ambos sentían, sólo era palpable dentro de la habitación. Pues afuera, aunque seguían comportándose como dos seres que se aman, su relación no pasaba de besos y arrumacos que derramaban miel.
Nadie en la universidad creería que Eren Yeager era de esos chicos que tenían cientos de fetiches en la cabeza, que el sexo lo disfrutaban al máximo.
Armin tampoco creyó a Eren capaz de eso. Hasta que tuvieron su primer encuentro íntimo. No el de Eren por supuesto, el chico había disfrutado de otras pieles, sin embargo, Armin lo hizo adicto, no podía vislumbrarse sin el rubio. No sólo lo amaba, Armin había creado en él una necesidad, un hambre que devora todo a su paso y Eren sólo quería saciarse con el rubito.
- Ya, ya – Armin inspira una vez más. Toma valor de donde no lo hay, gira medio cuerpo aun frente al espejo echándose una mirada crítica.
Sus pomposas nalgas lucen adorables con el arnes, sólo espera que Eren no sea tan brusco como hace media hora, donde literalmente, lo partió en dos con el titán que le cuelga entre las piernas.
Eren toma el pitillo entre los dedos, una nube de humo abandona su deliciosa boca. Armin demora, y él se impacienta.
Esa mañana había llegado directamente de Australia el paquete que había ordenado tres semanas atrás. Luego de que el idiota cara-de-caballo le hubiera pasado el instagram de una linda chica rubia modelando ropa interior. Ah, pero no cualquier ropa interior. La chica tenía su propia marca de arneses de cuerpo entero, medias y toda clase de ropa que se usa en el sexo bondage. Jean le hizo un gran favor al recrearle la imaginación con tales atuendos, pues cuando Armin se coló a sus pensamientos vestido de un arnes negro en especial, Eren no tuvo que pensárselo más de dos veces para realizar la costosa compra.