Capítulo 1.

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Disfrutar del aroma de la hierba de aquel lugar de nuevo, poder sentir la brisa cubriendo mi cuerpo, acaricié mis brazos, abrazándome, cerré los ojos y quise recordar todos los buenos momentos que había pasado allí. Mi primera brecha, mi primera guerra de globos de agua, mi primera canción, mi primer beso.

Ahora volvía para ser yo la que enseñase a los niños a levantarse cuando se caen, a apretar los dientes y sonreír si le dicen algo malo, a ignorar, a cantar, bailar, a divertirse...

—Dylan, vamos a la cocina, ¿no quieres conocer a los demás monitores y ver a mamá?-El niño caminó hacia mí, tenía sólo dos añitos, por lo que que me hiciese caso ya era todo un logro.-¡Muy bien! Deja que tita Demi te lleve a ver a Aly, seguro que se muere de ganas por verte.

Anduve hasta la cocina, lo cogí en brazos, para que no se cayese en los escalones, y cuando estuvimos en ésta, lo dejé de nuevo en el suelo.

—¡Mami, ya estamos aquí!-Dije, como si el niño fuese yo. Alysson, que se encontraba haciendo galletas, miró hacia la puerta y cogió a su niño en brazos, dando vueltas con él en el aire.

—Por fin habéis llegado, dos días sin ver a este pequeñajo y ya lo echaba mucho de menos.-Se acercó a mí y le dí un cálido abrazo, después caminé hacia la encimera y me dispuse a ver el trabajo que había hecho.-Aún no están terminadas.. Son como el primer año que viniste, quise ver si podía hacer el trabajo de esa cocinera de Hollywood que estuvo aquí.-Me guiñó un ojo, la cocinera fue mi madre.

Hacía ya diez años de mi primer campamento, ahora, a mis veinte años recuerdo que no quería salir de clase de canto, apartir de ese año, se convirtió en rutina venir aquí cada verano, excepto los últimos cuatro, tuvieron que buscar a otro cocinero, y creí que nunca volvería.

¿Te atreves?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora