holy shit ✦.ꜜ叛逆 ᴊᴜɴɢʜᴏᴘᴇ

✿P R O X I M A M E N T E✿

«—¡Oh man, Holy Shit! »

Allí está de nuevo, jugando una de sus pesadas bromas. Jugando sus juegos en los cuales sólo el tenía la ultima risa.

—¡Jeon Jungkook! —Gritó eufóricamente Jimin desde su cuarto, su casi cuarto.

En ésta casa no reinaba la privacidad, no reinaba la tranquilidad, ni mucho menos la paciencia.

Imagina ésto; no tienes privacidad en tu cuarto, en tu propio baño, en tu propia casa, en tu propio espacio personal. No tienes absolutamente nada, sólo las burlas y consecuencias de alguna mala decisión tomada.

—¡Jungkook, ven acá! —Reclamó Tae. Por el alcance de su voz, creería que se encontraba en su sala de juegos.

¿Porqué ése chico no podía dejarnos en paz? ¿No podía mantenerse quieto y tranquilo? Sólo dependía de eso, de sus bromas.

Resultaba gracioso al principio, pues nos imitaba a cada uno cuando se le daba la oportunidad en algún programa. Claramente eso se incrementó de a poco, sus imitaciones, las palabras informales, sus acciones más en confianza (no teniendo importancia en que éramos mayores, sus mayores) y ahora sus bromas, que por cierto fueron divertidas hasta el punto en ya sobrepasarse; y es que ya no había forma de pararlo o frenarlo, ya entabló un vínculo bastante fuerte con todos y la naturalidad con la que nos trata es impenetrable.

Pero eso no era lo peor...

—¿Que es ésto? —Destendí mi cama y me llevé la sorpresa menos esperada— ¡JUNGKOOK!

Lo peor es que yo, por alguna razón, soy su punto blanco favorito.

—¡Sáca ésta horrenda Serpiente! —Exclamé  pálido cual Yoongi.

—¿Sucede algo, Hyung? —Preguntó inocentemente asomando su cabeza por la puerta.

—¡Odio las serpientes! ¡Sacala de mi cuarto!

—Ya, ya. No te asustes —Rió usando su molesto vocabulario informal conmigo, su Hyung—, es de goma ¿Ves? No es de verdad. —La acercó a mí con burla y por instinto retrocedí con miedo.

—Ya deja de jugar. ¡Y vete con esa cosa!

—Hyung, no es para tanto. Es sólo una broma.

—¡Ya me cansaron tus bromas! ¡¿Y cuantas veces debo decirte que no entres a mi cuarto como si fuera tuyo?! Yo no hago eso. —Reproché haciendo un puchero.

—Aigoo —Titubeó pellizcando mi mejilla derecha—, es tu problema si no quieres entrar a mi cuarto. Tienes todo el permiso, vivimos bajo el mismo techo y ya nos conocemos. No es como si me fueras a robar algo ¿Verdad, Hobi? —Cuestionó con su sonrisa ladina.

Lo sé, es adolescente. Está en la etapa de su pubertad o no, pero es joven aún... ¡Cosa que no le da derecho a hablarme tan informalmente!

—¿Podrias hablarme con más delicadeza? —Le pregunté para que captara el lugar que él ocupaba; un dongsaeng.

—Claro que sí, Hobi. ¿Quieres que saque ésto de aquí? Perfecto, nos vemos luego cariño. —Dijo guiñando uno de sus finos ojos mientras acomodaba lentamente un mechón rebelde de mi cara detrás de mi oreja.

—¿Y-ya puedes irte? —Supliqué enrojecido para que entendiera el momento incomodo, que captó al instante.

—Si, Hyung. Adiós. —Murmuró sonriendo retirándose por fin de mi cuarto.

¿Debo seguir aguantando sus bromas? No me gusta para nada caer en ellas, me hace sentir ingenuo, más de lo que puedo aceptar.