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"En ese momento cuando tus ojos se te cristalizan pero no quieres llorar frente de nadie."

Aquella mañana había gran alboroto en la casa de los Park. La señora subió presurosa las escaleras gritando con gran emoción y alegría incontenida.

-jArriba, jovencitos! ¡Se hace tarde y no quiero que nos perdamos las grandiosas vacaciones de verano! ¡Vamos, levántense ya! Arreglen sus cosas. El sol no tarda en darnos su esplendor y tenemos que tomar ventaja o llegaremos muy tarde al campamento. ¡No se vayan a quedar
dormidos otra vez o los dejaremos aquí en casa! ¡Vamos; arriba
corazones!-terminó diciendo la
madre de los muchachos mientras se movía presurosa por la
habitación, sacando las chamarras de los armarios, y les quitaba a sus hijos los cobertores de encima.

Inmediatamente después la señora Park salió de la habitación en la misma forma que había entrado dejando en el ambiente una sensación de misterio y duda entremezclada con la ternura y autoridad que solo una
madre puede brindar.

Los jóvenes Taehyung y Suji abrieron los ojos soñolientos y empezaron a despertarse murmurando y desaprobando que fuera tan temprano la salida al campamento.

Solo JiMin, el menor de los tres, se levantó como un resorte y aplaudiendo con sus manos después de un repentino brinco, salió de su cama y empezó a vestirse con gran rapidez.

Tenía en su memoria un sinfin
de proyectos por realizar. Algunos de ellos los había comentado
con sus hermanos la noche anterior, como pescar en el lago, cazar ardillas, coleccionar insectos y hojas de diferentes clases, hasta que finalmente el sueño había terminado por vencerlo.

La relación afectiva de los tres
hermanos Park era buena, pero siempre que discutían algo
eran dos contra uno, o uno contra dos; dependiendo del asunto que se tratara en cada situación y tratando de levantarse temprano, JiMin tenía las de ganar, pues al contrario de sus dos hermanos no tenían problema para eso.

Antes bien, tendría que aguantar el mal carácter de sus hermanos que, malhumorados por levantarse temprano, le llamaron la atención diciéndole que con toda seguridad sus padres terminarían por ponerlos
de nana por ser el menor de los
tres. Que no pensaban perder el
tiempo cuidándolo a él, y que
más le valía que no se metiera en
el problemas. Se lo decían con
único afán de fastidiarlo y molestarle al hacerle sentir que, como sus hermanos mayores, tenían toda autoridad sobre él.

Aunque la diferencia en edad era
poca, ya que se llevaban dos años
de diferencia cada uno.

-¡Oh, déjenme en paz! Y bajen
ya o mamá se enfadará con todos
si demoramos en salir.

Un zapatazo se estrellóó en la puerta del cuarto como respuesta a las palabras de JiMin cuando este salió de la habitación llevando consigo sus maletas preparadas desde la noche
anterior.

Después de un rato, ya fuera de
la ciudad, el auto se deslizaba sodelibre la carretera asfáltica,
neando y serpenteando las curvas del camino que se extendía frente a sus ojos. El sol destellaba en el horizonte sus primeros rayos, y la claridad se hacía cada vez más evidente llenando de color el día.

Dentro del auto tipo vagoneta,
la mascota de JiMim empezó a
graznar. Era un hermoso y brioso cuervo negro azabache
que a la luz del sol dejaba ver un
plumaje brillante y tornasol.

JiMin lo había recogido muy
mal herido un frío invierno en el
jardín de una casa vecina. Desde
entonces el ave jamás se había
ido y permanecía como fiel e inseparable compañero de su amo
y salvador, a pesar de la inconformidad de sus hermanos para
que se quedara con él. Se lo decían debido a la mala fama que estos animales tienen, pues se cree que son aves de mal agüero.

-¡Calla a tu buitre o nos romperá los oídos a todos!-exclamó
molesto Suji al momento que
Con sus manos se cubria los oidos y con su rostro hacía muecas
de enfado y protesta.

JiMin giró sobre sí y de la
parte trasera del auto tomó al
pequeño cuervo y lo colocó sobre
sus rodillas; ambos se miraron
con profundidad y Suji calló de pronto como si comprendiera
la situación del momento.

Luego, la madre de los jovencitos intervino:

-¡No deben desesperarse, hijos! Deben comprender que el ave está intranquila y desconoce
el lugar. No todos los días sale a
pasear en carro y en un viaje de
varias horas. El cuervo ésta cansado y deben ser pacientes con él.
El señor Park por el contrario cambió el tema y argumentó:

—Llegaremos al próximo poblado en unos veinte minutos.
























Por un Momento Has Silencio. [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora