Todo estaba oscuro y eso era extraño.
Desde que La Muerte había venido por mi en aquella batalla contra el nogitsune, yo había estado viviendo en el Cielo como un alma más y no como fantasma.
Hacía poco el Cielo había sido reabierto milagrosamente por lo que todas las almas buenas por fin pudieron ascender hasta su descanso final...o en este caso su mejor recuerdo.
En mi caso mi mejor recuerdo era un día de campo con mi madre en el cual, no sé porque, también se encentraban mis hermanos. Este sería mi recuerdo por toda la eternidad y la verdad que no me molestaba.
También recibía visitas de Castiel de vez en cuando o me escapaba para ver a mis amigos en sus Cielos.
Kevin tenía su propia vida como el primer presidente coreo-americano de USA, Bobby por fin vivía feliz con su esposa, Beth y Joe atendían el bar, pero mi cielo favorito era el de Charly. ¡Su Cielo era la mismísima Comic-Con! Lo mejor de todo era que estaba exactamente igual que como la presentarán en la Tierra y cambiaba todos los años como en la Tierra.
Pero ahora todo era silencio. Una gran nube se había acercado rápidamente y cubría todo a su paso dejando nada más que silencio y oscuridad.
- HOLA-grité por décima vez- JOE, CHARLY, BOBBY
Nadie me respondió. No sabía qué hacer y como última instancia llame a los Ángeles. Ya me estaba por volver loca cuando divisé una figura femenina a lo lejos.UJh}
- ¿Hola?- pregunté cautelosa mente.
La mujer se dio la vuelta y me sonrió de forma tranquilizadora aunque no logro ese efecto en absoluto.