Y contarle a alguien mientras tú estás cortando flores en el jardín . Está mujer me salvo de mí mismo.
Pensé en voz alta , y ¿viste como la soñó el de arriba ?. El que está en los cielos , que mira hacia abajo y tiene el mundo a sus pies. La creó a Ella que es su sueño y ahora es mi realidad.
Luego me preguntó sobre el amor y le dije , amigo mío , llevo contándole del amor desde que estoy aquí sentado y todavía no se da cuenta , lo que haría sería redundar, óigame, el amor, es ella.
Y esta dentro de mi.
entonces la mire y pensé , a donde vaya está mujer yo la seguiré , y si he de perderme me perderé , y si mi pierdo . Solo puedo tener por consuelo que ella me encuentre y me vuelva a salvar.
Una vez desperté y me asomé a la ventana , ella aún dormía . Y pensé , el sol madruga para verla amanecer.
Que alguien me explique por qué cuando la tengo en frente la veo y si cierro los ojos igual la sigo viendo.
Una vez sentado en un café ella tomó mi mano, fue como un efímero golpe de adrenalina, e inmediatamente pensé, benditas sean las manos de esta mujer, que sanan al que no está enfermo, que dan vida al que está más vivo, que traen guerra al que tiene paz, que me tocan a mi que soy enemigo de la suerte.
Era su esencia el aroma de la vida.
Una mañana la vi , entre a la habitación y ahí estaba , en la cama, me quede un instante a contemplarla, y pude presenciar lo que diría yo uno de los actos de sensualidad más puro.
Ella rodaba en la cama, y se enrollaban sus piernas con las sabanas , buscando comodidad , y el medio de eso , suspiraba, como gemidos de placer, y sonreía inconscientemente. Era un espectador más, admirando el arte, en aquella habitación del paraíso , y del paraíso digo , porque no se puede presenciar dicha armonía en otro lugar. Todo estaba en silencio, ella abrió los ojos, dos impactos en mi, me acerqué.
