Hospital Para Almas

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Prólogo

13 de Enero 2002

Una noche comencé a soñar cosas extrañas, me sentía muerta, perdida, angustiada. No sabía cómo poder calmar tanto dolor, fue una semana estresante y dolorosa, perdí a mis padres y no tenía con quien platicarlo, no tenía a alguien para que me ayudara con tanto dolor. Les llore demasiado prácticamente había perdido todo lo que tenía en mi vida. No me considero una persona sociable, no se entablar una conversación con alguien, en la escuela nunca hice amigos, solo me concentraba en traer buenas notas a mis queridos padres.

Había un tipo de otro salón el cual me gustaba pero de algún modo no era lo que esperaba, estaba en una situación rara, porque tal vez él era como yo, lo miraba solo, cuando iba a dejar alguna tarea a un profesor, él estaba atrás de todos y en un rincón. Siempre llevaba un suéter, las mangas le quedaban muy largas, notaba que las mordía y tocaba mucho su cabello, ocultando su cara, sentía conexión con él, aunque el conmigo no. Nunca me miraba y yo no tenía el suficiente valor para hablarle. Me conformaba con verlo en los pasillos de la escuela, vestía con una remera de manga larga, su pantalón negro ajustado, sus vans ya muy gastados y llevando sus audífonos y leyendo un libro de Stephen King. -¡Joder! podrá ser algo estúpido pero tal y como es era como mi alma gemela. Es de los tipos que sin querer te llama la atención. No sabía el gusto en su música pero era lo que menos importaba porque me comenzaba a enamorar de el por esos pequeños detalles.

Con el tiempo todo se volvió muy loco tenía que mudarme y olvidar todo lo que me sucedió en ese año, tuve mis momentos buenos pero el dolor era más grande que cualquier otra cosa. Sucedieron cosas horribles, cosas que yo ni me podía creer, pero que tenía que poder asimilar. Me sentía una psicópata a la que nadie podía ayudar.

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