-Nuestra relación con los Cervantes esta empeorando cada vez más- dijo mi padre mientras le daba otra honda calada a su cigarrillo.
Mi madre levanto la vista, observándolo con semblante frió y molesto.
-No hubiera pasado nada de esto si les hubieras pagado todo lo que les debes, Pablo- dijo mi madre con cólera.- Hasta amenazaron con matar a mi pequeño Ale...
Mi padre la interrumpió tajantemente llevando las manos hacia su pecho en forma desesperada y tosca, mostrando las palmas de sus manos con un cigarro entre los dedos.
-¡Ya sé lo que amenazaron, María!- Negó con la cabeza desesperado- ¡Pero esta no se ha casado!- me señalo con la cabeza- Y no tengo con que mierda pagarles.
-Los Cervantes nos van a matar a todos si no haces algo ya, Victor no se va a tentar el corazón para matar a los hijos de su peor enemigo, es más, para el será satisfactorio hacerlo-
-¿Y que jodidos quieres que haga yo?-dijo mi padre girando la cabeza hacia ella con una sonrisa sarcástica- Emilia tarda años en casarse y Alberto Estrada se negará a ayudarme si no somos parte de la familia.- Arrojó violentamente el cigarrillo al suelo del mármol y lo aplastó sin piedad, dejando ver una pequeña mancha negra que desprendía de si humo gris-Emilia, apresura este maldito compromiso.
Trague saliva nerviosamente.
Aún seguía sin comprender como mis padres me hacían participe de esta pequeña "reunión familiar" donde solo eramos nosotros tres encerrados en una de las habitaciones de la mansión, supongo que era para crearme más presión con lo de la boda o, para hacerme consiente del peligro que estábamos corriendo con las deudas de mi padre hacia la familia Cervantes.
Los Cervantes, una rica, poderosa y peligrosa familia de Narcotraficantes, enemigos de mi padre y del padre de Guillermo, le han robado tantos camiones de droga a mi padre que, ni siquiera puedo contarlos con los dedos de la mano y, además, ellos fueron los culpables de que descubrieran a nuestra familia, pasando información al gobierno mexicano y mandando desmantelar todo nuestro cartel. Aunque mi padre tenia algunos contactos funcionarios de gobierno, no fueron de gran ayuda, prefirieron salvar su pellejo y no decir nada cuando se abrió el caso. Mi padre casi cae preso y le fue arrebatado todo su imperio, los Cervantes se enriquecieron y los Días cayeron.
-Trato de hacerlo lo más rápido que puedo- lo mire con ceño preocupado- Pero Guillermo va muy lento y además, la boda es en dos semanas, ¿no pueden esperar un poco más?- pregunté encogiéndome de hombros.
-No, no pueden Emilia- se entrometio mi madre-¿o acaso quieres que nos maten?
Baje la mirada.
-No, lo siento- murmuré tímidamente, sintiéndome pequeña e insignificante.Mi padre tenso la barbilla y se sentó sobre uno de los sillones de cuero con agresividad cruzándose de brazos.
-Tenemos que hacer algo- frunció el ceño pensando- Emilia...-levante la mirada al escucharlo pronunciar mi nombre- quiero que le digas que adelantaras la boda para la próxima semana.-Pero ¿Y la cena de ensayo?- negué con la cabeza perpleja- Tendríamos que cambiar todo, no creo que sea posibl...
-No me interesa, cambiaras la cena de ensayo para este sábado y la boda será el domingo de la próxima semana- me interrumpió mi padre molesto- Después de eso, buscaras la manera de pedirle el dinero.
-No puedo hacerlo...- dije en un susurro.
-¿Acaso eres tan egoísta para dejar a tu hermano de diez años morir?-inquirió mi madre levantando una de sus bien depiladas cejas.
-Deben entender que la cena es lejos de la ciudad, tendríamos que volver a organizar las habitaciones y no sé si ya estarán ocupadas- las manos comenzaron a sudarme, por lo que tuve que embarrar mi sudor sobre mi falda de seda.
-Eso es de menor importancia,dile a Valeria que lo haga y ya- dijo mi madre haciendo un ademán con la mano.-Si matan o secuestran a tu hermano, le harán cosas terribles Emilia- mi padre estaba muy molesto, una vena se marcaba cerca de su frente.- El pequeño "regalito" que les enviaron hace rato no es nada de lo capaz que puede ser Víctor Cervantes. -¿Quieres eso para nosotros?
Negué con la cabeza desganada y suspiré.
Maldita sea.-Lo haré, hablaré con el mañana por la mañana- acepte con una mueca incomoda- No es un si, pero quizá Guillermo acepta...
Ambos sonrieron satisfechos.
Con que esa era la razón por la que por primera vez me incluían a sus "reuniones familiares", para obligarme a pedirle dinero a mí prometido.
Mordí mi labio con impotencia acto seguido mirar fugazmente el reloj que se encontraba en el medio de la pared, avisándome la hora.
2:30 am
Era tarde y tenía tantas cosas que hacer al día siguiente, mi mente daba vueltas y vueltas pero el nerviosismo de encontrarme con Guillermo y pedirle grandes cantidades de dinero empeoraba juntándose con el sentimiento de la boda.
-Me iré a dormir- dije mientras salía rápidamente de la estancia, sintiendo la mirada culposa de mis padres a mis espaldas.
Arroje mis ropas al suelo, y me coloqué un vestido de ropa interior hecho de seda color perla con encaje. Abrí las ventanas del balcón para que fluyera el frío viento, ya que me sentía asfixiada dentro de mi propia casa.
¿Eso era normal?
Jamás pensé que regresarme de Italia sería mi peor pesadilla, mis padres me ahogan en un mar de problemas de los que yo ni siquiera tengo la culpa, y para terminarla de arruinar a mis veintitrés años de edad tendré que casarme.
¿Qué pasará con todos esos sueños y proyectos que tenía en mente? ¿Tendré que abandonar todo por un matrimonio forzado?
Cerré los ojos tratando de calmarme y conciliar el ceño.Mis brazos comenzaron a relajarse, mi respiración se niveló y comencé a mover mi pecho serenamente de arriba a abajo, los ojos se cerraron retomando un profundo sueño que hace tiempo ya no sentía ni tenía.
Un fuerte ruido sordo sonó de golpe por abajo del balcón despertándome violentamente.
¿Qué mierda fue eso?
🌵🌵🌵
Aquí les dejo el link de la canción:
https://youtu.be/L8WEmRFZO6cEn multimedia está una imagen de la madre de Emilia, María Díaz.💕
Muchísimas gracias por leer y espero que les agrade la novela."La paciencia es la mejor virtud"
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Carniva
RomanceMire mi pálido cuerpo reflejado sobre el espejo ovalado que tenia frente a mi, el maquillaje le daba algo de color a mi blanquecino rostro, cubriendo por completo las azuladas ojeras. -Luces hermosa, Emilia-dijo mi madre mientras colocaba sus manos...