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El chico de ojos rasgados se estiró, desperezándose en su asiento. Aquello era exasperante, debía estar 12 horas delante de las pantallas sin moverse de ese lugar.

Cuándo le preguntaron por su paciencia, nunca pudo imaginar que la probarían hasta ese nivel; su única diversión era enfocar su mirada hacia los pasillos, totalmente desiertos todos los días del año - exceptuando a los veterinarios y personal de mantenimiento, cuyos rostros conocía de sobrado-, y tomar algo de café con el dispensador que había a su lado.

Ni siquiera sabía por qué los mantenían con vida. Podrían acabar con ellos de una manera rápida y sencilla, en lugar de atraparlos y esperar a que llegase su día. Y ni Dios sabía cuando sería eso.

Se encogió de hombros, al menos el sueldo no era malo, y a él, eso le bastaba.

Y entonces, justo después de tomar su móvil de la estantería y comenzar aquel libro cuya reseña se  le había hecho tan agradable, un resplandor rojo comenzó a parpadear en la pantalla de las cámaras. Los sensores habían detectado a alguien que no formaba parte del personal.

Su corazón pego un brinco. Eso no era normal.

Se quedó observando la pantalla del ordenador; un hombre de unos treinta años con uniforme negro y gafas del mismo color paseaba nerviosamente por el corredor, mientras guiaba a otras con un uniforme similar.

Frunció el ceño, no habían programado ninguna inspección para aquel día, y las alarmas no habían sido desactivadas.

Se levantó de la butaca, debía comprobar si todo estaba bien.

Un golpe en la nuca, y todo se tornó negro.

Al día siguiente, ni una sola jaula estaba ocupada.

En el aula, unos  20 chicos fijaban su vista en las máquinas de entres sus manos

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En el aula, unos  20 chicos fijaban su vista en las máquinas de entres sus manos. 

Muchos modelos se entremezclaban, mas, la más abundante era sin duda la nueva Nintendo 5xh con la cual, gracias a los avances tecnológicos, ers capaz de proyectar el juego en tu mente, siendo este manejado por los pequeños controles laterales -  el cuerpo central se trataba del  proyector-  y con una pequeña ventosa en la nuca y unas gafas de lentes oscuras, la consola podía sumergirte en multitud mundos que ofrecían los videojuegos en el mercado.

No era la realidad aumentada, sino otra, mucho más perfeccionada y realista,  con la cual podías experimentar los sentidos del tacto, olfato e incluso el gusto.

La experiencia era tan intensa y novedosa, que muchos gamers - veteranos y novatos- pasaban gran parte de las jornadas perdidas en la multitud de posibilidades y experiencias que aquellas inteligencias artificiales eran capaces de perfeccionar.

Una chica se retiró las gafas, suspirando algo más tranquilizada. Los stats del último miembro de su equipo habían sido igualados a los del resto. Había estado entrenando duro con la finalidad de que tuviese alguna posibilidad a la hora de la verdad.

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⏰ Última actualización: Jul 02, 2017 ⏰

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Journey To Destiny- AmourshippingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora