"Aún te amo".
No se en qué pensaba cuando envíe ese mensaje; creo que fue solo un arrebato. Una estúpida sonrisa apareció en mi rostro mientras lo escribía, aunque tu ya habías asumido que todo había acabado. Hace mucho, creo. No lo se, quizás solo soy demasiado aferrada a lo que amo, no te puedo dejar ir. ¡Y es que solo soy una tonta en un mundo hacinado de corazones rotos! Sinceramente en este punto ya no se qué hacer. Mientras escucho canciones repletas de un odio inmenso lo único que hago es odiarte. Tengo que mantenerme fuerte y se que si dejo de odiarte por solo un instante las lágrimas no cesarán... oh, mierda, aquí voy de nuevo. Malditas lágrimas. Finalmente el odio es lo único que hace que no me derrumbe total y absolutamente. A penas consigo mi objetivo. Soy penosa, patética; una tonta por ti. Oh, por Dios, has respondido mi mensaje: y mi corazón lo has roto una vez más con solo tres malditas palabras.
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Confesiones de un corazón desesperado.
RandomPequeños pensamientos de cuando la desesperación inunda tu mente y tu alma.