OTRA VEZ...
por ahmnea
Hojas pálidas. Nubes apenadas. Cantos deplorables. Excesiva sombra.
Aunque te lo quisiera gritar, los nervios no me dejarán... y mi corazón en un susurro clama que quiere escapar
Quisiera poder decir que esta soledad me abruma, es asfixiante, lo estoy sintiendo, pero no soy de aquellos que piden y gritan por ayuda, soy de esos que demuestran el logro de la solución, de esos que pueden todo con una mano, que la inteligencia es partidaria y única, que podré tener mil seguidores pero ninguno con mis defectos y virtudes.
Sí, yo no soy de aquellos que piden ayuda. Ni de esos que la dan, no. Soy de los que con moviendo un dedo ha logrado toda una nueva creación. Pero... hay situaciones que se escapan de mí y no puedo controlarlas por más que lo haya intentado.
Una jodida tortura.
Volví a mirar al sol. No puedo sentir su calor. No puedo sentir la energía. El día ha decidido ser gris hoy y lo puedo entender, él no está aquí. Sonreí amargo y acaricié la hoja seca entre mis dedos.
Soy un total imbécil.
¿Aspirar algo imposible de tener?, es porque nadie me ha dicho que hay un límite. Si he aprendido, es que no existen las situaciones inalcanzables. Que todo tiene su punto de dominio, de poder controlar y moldear a la forma deseada, estructurar a su antojo, que con esfuerzo y determinación es posible. Por supuesto. Pero nadie puede dirigir los sentimientos, ni el ser con más poder en el mundo, ni el que tenga todos los conocimientos y secretos, mucho menos aquél despreocupado tercero que solo piensa con las acciones y el cuerpo, que vivir la vida es su lema principal y que el regirse de reglas es absurdo.
Nadie puede dirigir los sentimientos.
Estos días se han vuelto más... comunes, y el alejarse de la aldea, de mis conocidos, del entrenamiento, las responsabilidades, y dedicarme a filosofar y divagar no me lleva a nada. He pasado los últimos meses de esta manera, escondiéndome por los rincones de la villa, a donde nunca nadie va, visitando puntos específicos donde él y yo solíamos entrenar de niños, olvidándome de aquella chica, elevar mi egoísmo sin importarme, a excepción de cuando pienso sobre él. Esta actitud... es completamente irracional, aburrida y ridícula.
Hace un año que lo acepté. Tardé en darme cuenta, o más bien, en aceptarlo. Era un concepto totalmente jodido, y me mantuve al borde de crisis por la batalla campal llevada en mi cabeza, fue una total bufonada cuando abrí los ojos; rompía todo lo que podía tocar, no me importó atravesar una que otra pared, y antes de que pudiera hacer más, aquél rubio y aquella chica ya estaban en mi puerta, preocupándose por tonterías.
Le ignoré durante un mes, pero él... mierda, siempre es tan putamente persistente, se preocupa de más y un total egoísta, sí, lo es. Lo es al ser tan ciego para no darse cuenta, al no poder comprender mis palabras, mis reacciones y todas las cortas acciones que he hecho por él, esas en las que sueles abrir los ojos, en que sueles ver la diferencia, en que te empiezas a cuestionar y comienzas a confiar en que eres el único en ser tratado así por mí, en que nunca antes me había reído con alguien de esa manera, y que las veces en las que sonreía eran contadas por él, pero su distracción me sorprendía. Un día le acaricié sus dedos con los míos, y él... él creyó que fue por accidente, cosa del momento, nunca se le pasó por la puta cabeza el que yo quería tomar su mano tan fuerte como para que lo sintiera hasta su corazón y latiera algo por mí, que sus ojos giraran a verme y su boca a sonreírme solamente a mí, que entendiera con mi silencio.
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Otra vez
FanfictionDespués de la guerra, Sasuke toma lugar en Konoha y se integra nuevamente a misiones con Naruto y Sakura. Con el tiempo, se ha dado cuenta de nuevos sentimientos por su mejor amigo, pero la idea de no ser correspondido atormenta. Esta es una parte d...