- Esto. Puedes sentirlo?
Sin duda que podía sentirlo, y le gustaba.
Al volver poder sentir cada cosa que pasa a su alrededor, en especial las cosas que su Sensei hace, aprovecha todo momento para poder sentir cada nueva sensación que había olvidado...
- Saitama! Después de que convierta a tu discípulo en chatarra, serás el siguiente! - el mayor dejó caer su cabeza hacía atrás al escuchar aquélla voz.
- Oh, hola Sonic - le saludó el calvo al verlo sobre la rama de un árbol.
Genos sólo fruncio el seño al ver al de cabello negro. Ya no era ningún secreto que lo odiaba, y más porqué siempre quería estar peleando con su Sensei o él, en especial con el héroe clase B.
- Yo me encargo, Saitama Sensei.
Cuándo Sonic lanzó unas cuántas estrellas ninja hacía ellos, Saitama ni se inmutó, en cambio el rubio; las atrapó todas con una mano.
- Oye ojalata, no vayas a hacer esto aburrido.
Genos le lanzó sus propias estrellas con enojo y más rapidez. Logró hacerle un pequeño rasguño en la mejilla, dejando al ninja algo sorprendido.
- Maldito tostador!
Sonic bajo del árbol a máxima velocidad para poder atacar a Genos, desenvainando su espada y cortando el aire por tal filo que tenía. El menor también con intenciones de atacar, sus manos se iluminaron, listas para poder quemar lo que tuvieran en frente.
Antes de que Sonic diera el primer golpe, Saitama había tomado a Genos de la cintura con uno de sus brazos y lo quito del camino, dejando que el ninja se fuera de largo.
- Sensei?
- Ne Sonic, sabes que no me caes mal pero si le haces algo a Genos, si que voy a aborrecerte.
El ninja abrió los ojos como platos. La expresión sería del mayor le hizo temblar.
"Tanto le importa ése tostador andante?" - se preguntó a si mismo el de cabello negro.
Chasqueo la lengua con enojo y simplemente se fue.
- No tenía que hacer eso Sensei.
- Pero quería hacerlo - el mayor miró a su novio a los ojos - estoy un poco harto de los acosos de Sonic - su maestro soltó su cintura - además nos está retrasando! Se acabarán las ofertas!
Después de éso, Saitama arrastró a Genos hasta al supermercado, pero sin soltar la mano del mismo. A causa de esto, el menor no pudo evitar sonreír.
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Al terminar con todas sus compras ambos tenían una bolsa en cada mano, el cielo estaba tomando un color anaranjado a causa de qué el sol comenzaba a ocultarse.
- Qué querrá para cenar, sensei? - le preguntó el cyborg a su mentor.
- Haz lo qué quieras, hagas lo qué hagas siempre sabé delicioso - el rubio se avergonzó un poco por el comentario de su sensei, le ponía muy felíz.
Antes de qué pudiera responder se escuchó una enorme explosión. Ambos hombres al escucharlo corrieron a toda velocidad al lugar de dónde había venido.
Les dificultó un poco el visualizar al Kaijin entre los escombros y el humo, al diciparse vieron el cuerpo de una mujer casi desnuda, la pequeña prenda que usaba era por completo de cuero negro sostenida por argollas, un collar con picos, una máscara qué cubría su boca y en su mano un largo látigo con espinas, todo al estilo BDSM.
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