Y ahí estaba ella tan valiente y preocupada como siempre. Nagato estaba afuera, despidiendo a Jiraiya, mientras ella se ocupaba de realizar los vendajes necesarios a Yahiko.
Como era que había surgido, realmente no podía recordarlo, lo único certero era que de algún modo Konan había caído en el par de irises marrones de el chico de cabellos de fuego, lo observo fijamente con un gesto de solidaridad con su dolor, esperaba estar siendo suave a la hora de acomodar todo en su sitio, pues de otro modo todos esos vendajes no servirían de nada. "Lo siento Yahiko" dijo para si misma, mirándole a los ojos. En ese instante el tiempo parecía haberse congelado.
Los ojos de Yahiko la miraban directamente a los ojos, tan fijamente que parecía que había leído su mente, comprendiendo lo que ella había querido decir sin siquiera pronunciar media palabra.
Konan paso saliva pesadamente al mismo tiempo que las alertas se activaban en su mente, había visto esa mirada antes, sabía perfectamente lo que iba a ocurrir. Yahiko iba a besarla y ella estaba deseando que lo hiciera desde muchos años atrás, cuando había descubierto que el muchacho le atraía de formas inimaginables, hacía no tanto tiempo atrás que se había percatado de ello, cuando en un repentino ataque de celos el chico le había seguido a una especie de cita, junto con Nagato, los había descubierto a ambos espiando, era innegable, a partir de ese momento algo había surgido entre ambos, algo que hacía que cuando sus miradas se encontraran su pulso se acelerará, sus manos se pusieran sudorosas y las palabras fueran difíciles de pronunciar, Konan supo lo que era de inmediato, pero a Yahiko le tomó más tiempo aceptar que estaba enamorado de su amiga de la infancia, y había tenido que pasar todo ese tiempo y todas las cosas que habían pasado para que finalmente pudieran admitir su amor en un simple gesto, un beso que marcaría la memoria de ambos por el resto de la eternidad.
Cuidadosamente Konan se dejo caer sobre el pecho de Yahiko intentando controlar su alterada respiración y apresurados latidos, escuchando por si misma el efecto causado al chico, quien estaba igual o peor que ella. Yahiko hubiera deseado morir ahí mismo, en ese instante, por que en aquel momento podía jurar que era el hombre más afortunado del mundo, justo así, después de un primer beso de Konan, con ella recargada contra su pecho, de pronto todas las molestias de sus heridas parecían inexistentes.
-¿Que le diremos a Nagato?- preguntó Konan un poco preocupada.
-No creo que sea el momento para preocuparnos por cosas tan triviales, te quiero Konan- Murmuro el chico aun perdido entre sus miles de pensamientos.
La chica sonrió contra su pecho sintiendo la felicidad querer brotar por sus lagrimales.
-Debo asegurarme de que reposes lo suficiente así que porfavor no intentes levantarte- dijo la peli azul levantándose se su posición para ir a buscar a Nagato.
-Prometo que no, no tardes porfavor- casi suplico el chico, ahora que la tenía estaba decidido a no perderse ni un segundo sin ella.
-Te quiero... baka- dijo la chica recargándose un poco sobre el umbral de la puerta antes de salir en busca de su amigo pelirrojo.
Definitivamente aquel no podía ser denominado un mal día para Yahiko, si al caer el atardecer la chica de papel había terminado por juntar sus labios con los de el.
El chico suspiro profundamente pensando únicamente en aquellos ojos color ámbar que poseía Konan, y rememorando una y otra vez esa forma que adoptaban sus hermosos ojos al momento en que sus labios comenzaban a acercarse.
ESTÁS LEYENDO
6 razones de Konan (Naruto fanfic)
Fanfiction-Tú me pides que te diga una razón por la que no pude enamorarme de ti- dijo la chica de cabellos azulados. - pero tengo seis de esas. En realidad quieres escucharlas? El chico la observó en silencio con una mirada gélida, preguntándose a sí mismo...