Ornatior siempre fue considerada una preciosa ciudad, pero desde sus comienzos esta fue cubierta por un gigante domo, domo que impedía a cualquier persona común y corriente abandonar el lugar. Tras una serie de ataques contra el mismo, las fuerzas a...
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1987, uno de los años más complicados y dolorosos de recordar. Una rajadura en el domo había surgido y la gente temblaba por perder su protección. Miles de soldados fueron enviados para protegerlo, pero las grietas seguían apareciendo, por lo que se comenzaron a mandar soldados al exterior; provocando una debilitación de la seguridad por las calles, pues todo el que estuviera entrenado por las fuerzas armadas, debía de proteger el domo. Comenzaron los asaltos a locales, casas, hubo muchos muertos; y el gobierno no permitiría que su población viviera con miedo de lo que alguien podía hacerle por la falta de seguridad, por eso se tomó la decisión de adelantar los reclutamientos.
Se comenzó con los jóvenes mayores de 18 años, tal cual se debía. Se reclutó a todo hombre con 18 o más años para realizar estudios, comprobando si se era apto para ser un soldado, los que dieran un resultado positivo, serían reclutados lo más rápido posible. Era imposible negarse a servir al país, serías llamado cobarde, serías un sinvergüenzas, serías un traidor a tu gobierno, eso sin mencionar la presión que las televisoras agregaban con sus anuncios y propagandas sobre los reclutamientos.
Muchos soldados jamás volvieron a mostrar rastros, muchos rumoreaban que lo que fuera que estaba en el exterior había causado su muerte, pero la realidad, era desconocida, pues el gobierno jamás reveló lo que en verdad sucedía, tal ni ellos la sabían. Los pocos soldados que volvieron estaban totalmente malheridos, incluso muchos de ellos habían vuelto con traumas por lo visto, pero, por órdenes del gobierno, no podían revelarle a nadie lo que había en el exterior, solamente a sus jefes.
2004, los reclutamientos habían cesado hace unos años y las familias habían comenzado a surgir en gran cantidad, seguro lo lamentarían. Una carta, una mísera carta había provocado la tristeza y angustia en la población, una vez más, los reclutamientos estaban abiertos nuevamente. La carta aclaraba la cantidad de muertes y desapariciones de los soldados enviados, pedía que se completara al final de la hoja como se conformaba su familia, en caso de tener hijos, aclarar su género y edad. Toda la esperanza que las familias habían creado a lo largo de esos pocos años de tranquilidad se había esfumado, pues más cartas llegaron a los buzones y al abrirlo se leía bien claro "Reclutamiento", debajo de eso se indicaba que hijo de la familia sería reclutado para los estudios necesarios. No solo conformes con quitarles a sus niños, ahora tenían la intensión de quitarle a sus niñas también, sin una razón justificable. Las quejas fuera de la casa de gobierno fueron inmediatas, miles de padres y madres furiosos exigiendo ser escuchados, esperando recibir una explicación del porqué. El gobierno hizo oído mudo ante las quejas y comenzó con los estudios de todo niño y niña que tuviera más de tres años, se calculaba el peso, la masa corporal, la capacidad de seguimiento, cosa innecesaria, opinión de muchos padres, y muchas cosas más. Cuando los resultados ya estaban listos se comenzaba a llamar a cada niño presente, se les entregaba un papel y se les ordenaba que se fuera. Llegando a la casa el papel podía ser abierto, provocando la desilusión en muchos padres y la alegría en muchos otros. Los grupos eran numerosos, por lo que se necesitaron varios días para poder revisarlos a todos.
