UN ÁNGEL, DOS DEMONIOS

Prólogo

Siempre me he fastidiado por las personas que comienzan a lloriquear cuando algo malo ocurre, es decir, todo el mundo tiene que soportar mierda todos los días, entonces tú sólo levanta la cara y afronta las cosas en lugar de tirarte al suelo, moquear y suplicar por misericordia, así es la vida,  sólo tienes que acostumbrarte.

Pero en este mismo instante me estoy preguntando lo que todos los humanos se preguntan 

¿Por qué a mí? 

Llevo todo el día con esa pregunta en mi cabeza, no le veo sentido, no encuentro gracia, no logro entender. Reflexiono sobre eso que le llaman Karma, no cabe en mi cabeza, y no puedo encontrar la acción que justifique un castigo como este; he tenido problemas, me he salido de mis casillas, he hecho muchas cosas, pero nunca, nunca algo tan...así. 

Y me siento tan vacía, tan rota y tan sin fuerzas, como nunca esperé sentirme, porque jodidamente sé que tengo un carácter arrollador, pero ahora mismo me siento como si no tuviera nada. 

Observo el ataúd siendo cubierto por tierra   

¿Es mi culpa?   

¿A esto nos resumimos?

¿A morir y ser comidos por gusanos? 

  — Aileen... — siento la presión en mi hombro, quizás todos estén mirando mi rostro sin lágrimas y griten en sus mentes: ¡Asesina!

  — ¿Qué?

 — ¿Estás bien?—  ¿Estoy bien? Es la pregunta más ridícula que he escuchado en toda mi vida

  — Lo voy a estar 

Tengo que estarlo 

Puede que no esté tan entumecida y sí sienta algo...odio

Nunca he sentido tanto odio y repulsión por una persona

Quizás ahora yo sea el demonio.