Capitulo único

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Gato Loki se desperezó. El mullido cojín verde donde descansaba se amoldó a sus patitas gráciles mientras lo palpaba suavemente, contorsionando su cuerpo en una curva flexible para despertar. Bostezó y su lengua rasposa y rosada se asomó lamiéndose los bigotes.

Con un caminar grácil, avanzó por el linóleo. El piso estaba perfectamente encerado y su reflejo le devolvía la astuta mirada.

Unos ojos inquisitivos y esmeraldas se posaron en su tazón; era dorado y estaba colocado a su altura. Dio unos cuantos sorbos cuidando de no mojarse los bigotes y su largo pelaje negro.

Satisfecho, vagó por su gran reino buscando a sus esclavos. El aroma dulzón lo guió hasta ella, Frigga, su humana. Estaba sentada en un largo sofá. Maulló para hacerse notar y ella le cogió entre sus brazos, dejándolo sobre su regazo.

¡Ah!, que bien se estaba allí, quizá debiera considerar tomar otra siesta de ocho horas... Si, parecía ser una tarea importante que cumplir, bostezó y comenzó a relajarse.

La humana de cabellos dorados y pacíficos ojos azules, le acarició el pelaje de aquella manera que le encantaba, cepillando su pelo negro lustroso.

Lentamente caía en el sopor relajante del sueño, un sonido vibrante salió de su garganta, y gustoso, ronroneó moviendo su cola plácidamente, cerrando los ojos y dejándose llevar por los brazos de Morfeo, hasta que...

Unos ladridos alegres y persistentes hicieron eco en la habitación. El sonido de risas estridentes y unos pasos acelerados mientras un "¡Thor, no me dejes atrás!" se hacía oír interrumpiendo su momento de relajación.

Alzó la elegante cabeza y miró a la humana que solo le sonreía. Malhumorado por la interrupción, bajó la cola y miró la puerta, esperando verlos aparecer.

Un alegre perro apareció ladrando; la lengua afuera con saliva chorreante, el pelaje dorado alborotado, la cola parecía querer crear un huracán de la fuerza en que se agitaba. A sus espaldas entraba un hombre de contextura recia, un parche tapaba su ojo.

El perro se acercó con paso juguetón a su humana, saludándola, y ella le complació con caricias.

"Ese bobalicón" se dijo para sí el gato negro, celoso de no ser el centro de atención.

El gran Golden Retriever se apoyaba en las piernas de la humana y le lamia los dedos, llenándola de su baba. El gato saltó al respaldo del sillón, bufando enojado

"¿Quién se creía él para tocar a su humana? ¡Peor aún, interrumpir su descanso!"

El hombre anciano de cabellos blancos se sentó con Frigga en el sillón, le hizo unos cuantos mimos a Loki, distrayéndolo de su enojo, acariciándole de la cabeza a la cola. Loki miraba al perro dorado suplicar por caricias. "Él no tenía que hacerlo" pensó, triunfante.

Frigga le acariciaba tras las orejas a Thor y el perrotón se acostó en el suelo dejando que le rascaran la barriga, moviendo la pata sin parar, feliz por las atenciones.

Odín saco una pelota roja del bolsillo con un trueno impreso en ella. Thor enloqueció al verla, moviéndose en círculos, agitando el gran penacho que tenía por cola y ladrándole para que la lanzara. Se vio favorecido cuando Odín lo hizo y al instante se abalanzó como un bólido por ella, atrapándola al vuelo. Sus amos le felicitaban premiándolo con caricias.

Loki se lamió el pelaje, indiferente. "Perro tonto". Se acicaló mientras los humanos jugaban con el gran animal y de reojo los miró. No es que estuviera interesado en saber que hacían, ¡no!, ¡claro que no!, solo estaba supervisándolos.

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⏰ Última actualización: May 16, 2017 ⏰

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