Debes recordar quien eres - Bucky Barnes (Sebastian Stan) y tú - CA3: Civil War

Capítulo 20: "Cicatrices"

Bucky abrió la puerta empujándola e ingresaste. Luego, él hizo lo mismo, la cerró y comenzaron a subir las escaleras. Habían llegado al edificio. No tenías fuerzas para subir, así que lo hiciste lentamente. Bucky te observó, tenías la mirada perdida, tu cabello estaba algo desordenado y mantenías la cabeza agachada.

Con gran dificultad llegaste al departamento, ingresaron y te quedaste en medio de este con millones de pensamientos en tu cabeza. Bucky se asomó a una ventana, intentando visualizar a alguien o escuchar un ruido extraño, pero nada, todo estaba tranquilo.

– ¿Ves a alguien? – preguntaste.

– No, estamos bien.

Asentiste. Observaste a Bucky quitarse la mochila, la puso sobre la mesa. Al abrirla sacaste la laptop y una linterna que él había guardado. Sacaste también los documentos y al fondo había un pequeño botiquín y algunas barras nutritivas, era lo que te había dado la Sra. Matilde.

Cuando ibas a dejar la mochila sentiste algo húmedo en una de las asas, estaba húmeda y cuando la presionaste tu mano se manchó ligeramente de sangre. Observaste a Bucky, observaba por la ventana y la luz de la luna alumbraba su cuerpo. Podías ver que con su mano izquierda se tocaba el hombro derecho. Estaba herido.

Recordaste cuando el Sr. Morgan te apuntó con el arma. Al parecer Bucky le había lanzado algo y este al esquivarlo había disparado. Bucky había recibido el disparo, pero no lo habías oído quejarse ni nada por el estilo.

– Te dispararon. Estás herido.

– Estoy bien – respondió sin mirarte.

– No, no lo estás. Ven, te curaré – dijiste mientras abrías el pequeño botiquín.

– No es necesario.

– Bucky... Por favor.

No querías discutir, ni gritar, así que solo fue un ruego. Bucky giró y te observó. Se acercó y se sentó en el brazo del sofá. Apoyaste la linterna en la mesa y apuntaste la luz hacia él, para que alumbrase su hombro derecho y lo curarás.

– Quítate la casaca y el polo para limpiarte la herida.

Trajiste alcohol, algodón y algunas gasas y los dejaste en el sofá. Miraste a Bucky, permanecía con la mirada a un lado.

–Bucky...

– No será agradable lo que verás.

– Créeme que, después de lo visto esta noche, nada me puede sorprender.

Bucky se sacó la ropa quedando desnudo de la cintura para arriba. Lo observaste unos segundos, habías visto su brazo de metal, pero no desde su hombro. Él notó que observabas las cicatrices que tenía, así que te enfocaste en la herida de su hombro derecho. La bala había atravesado su hombro y había perdido ligeramente sangre. Cogiste un poco de alcohol y algodón y limpiaste ligeramente la herida. No había signos de daño ni rastros de la bala, esta había entrado y salido.

– ¿Cómo es posible...? – ibas a preguntar cómo era capaz de soportar el dolor.

– Es el suero – te interrumpió. – Altero mi metabolismo.

– Eso explica tu resistencia y velocidad.

Continuaste limpiando la herida. Sentías que Bucky te observaba e intentabas mantenerte tranquila. Pensaste en su reacción en la biblioteca, él había creído que eras parte de HYDRA. A pesar de haberlo ayudado y seguir ayudándolo, había creído eso.

Intentaste eliminar esos pensamientos de tu cabeza. Cogiste otro algodón y lo empapaste con alcohol, continuaste limpiando la herida.

– No soy muy buena enfermera – dijiste mientras limpiabas la herida. – Lo poco que sé lo leí en algunos libros de medicina, pero no te preocupes te recuperarás. – sonreíste y lo miraste. – Además, solo quedará una pequeña cicatriz.