Severus (bajo la apariencia de Dumbledore) le entregó a Harry la diadema de Ravenclaw, envuelta en un trapo.
-Harry, tú acompaña a Sarah a la Sala de los Menesteres -pidió Severus-. Id bajo la capa invisible. Y luego -se dirigió a Harry-, destruye la diadema.
-Sí, señor...
Severus le entregó un frasco a Harry.
-Una vez que la hayas destruido, vete al pensadero a ver estos recuerdos -le pidió.
-De acuerdo, señor.
El director sacó otro frasco distinto del bolsillo. Era el de Felix Felicis. Se lo ofreció a Harry.
-¡¿Y si es un impostor?! -repitió Hermione-. ¿Y si es veneno?
Entonces, Sarah tomó el frasco y dio un trago.
-Es Felix Felicis -explicó ella-. Fiaos de él, he estado con él en el despacho... Hacedme caso, por favor...
Harry no estaba seguro de que aquel hombre fuese el auténtico Dumbledore, sin embargo, le daba la sensación de que era alguien bueno, alguien que le ayudaría a derrotar a Voldemort. Además, intuía que Sarah sabía algo sobre aquel hombre que no decía. Ella se fiaba de él, y con lo temerosa que era, no se habría puesto a beber del frasco si no estuviera completamente segura de que era de fiar. Así que él también bebió un trago de Felix Felicis.
-Los demás -añadió Severus- venid conmigo.
Anthony Goldstein no obedeció inmediatamente. Se quedó junto a Harry y Sarah.
-Oye, Sarah... -empezó a decir el chico de Ravenclaw (estaba claro que alguien le había hecho el contrahechizo para que pudiese hablar de nuevo).
-Déjame en paz, por favor -pidió ella, creyendo que iba a incriminarla o a humillarla-. Ahora no. No puedo más.
Sin embargo, Anthony parecía arrepentido.
-No, yo solo quería decirte... -añadió el chico- que es verdad que no te entiendo, pero aun así... siento haber sido grosero contigo. Cuando ibas de paseo con Snape... no debí haberte hablado así.
Ella se quedó callada. Anthony había sido demasiado duro con ella, y en varias ocasiones. Así que seguía molesta. Como Sarah no decía nada, Anthony comentó:
-Bueno, yo voy con los demás.
-Bien -respondió Sarah, fríamente y sin mirarlo-. Ten cuidado.
-Sí... Tú también -respondió él.
Anthony se fue en otra dirección mientras Harry se ponía la capa invisible y tapaba con ella a Sarah.
-¿Qué te pasa con Goldstein? -inquirió.
-Ya te lo contaré... -respondió Sarah-. Ahora vamos. No hay tiempo.
Y echaron a andar hacia la Sala de los Menesteres.
En esos momentos, Voldemort ya había sido capaz de entrar en la mente de Harry y ya sabía hacía un rato que estaba en Hogwarts. Así pues, en aquel momento, Sarah, Harry y todos los presentes en el castillo escucharon una voz muy fría, alta y clara. Era la voz de Voldemort.
-Sé que os estáis preparando para luchar -dijo, haciendo que Sarah gritase de miedo, al adivinar quién estaba hablando-. Pero vuestros esfuerzos son inútiles; no podéis combatirme. No obstante no quiero mataros. Siento mucho respeto por los profesores de Hogwarts y no pretendo derramar sangre mágica.
Sarah agarró con fuerza el brazo de su hermano, bajo la capa invisible.
-Entregadme a Harry, Sarah y Lily Potter -dijo la voz de Voldemort. Sarah se estremeció al oír su nombre pronunciado por aquella fría voz - y nadie sufrirá ningún daño. Si me los entregáis, dejaré el colegio intacto. Si me los entregáis, seréis recompensados. Tenéis tiempo hasta la medianoche.
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La elección de Severus: Entre luz y oscuridad
FanfictionUn joven Severus Snape, de 19 años, se ha adentrado en las Artes Oscuras, pero duda si dejar ese camino, ya que tiene la oportunidad de volver a acercarse a Lily. Años más tarde, Voldemort amenaza con matar a todos los seres queridos de Severus. ¿Lo...