Siempre me he considerado un ser del montón: ausente, insegura, y sin cualidades que garantizasen en mí siquiera la posibilidad de estar viva.
Me considero (muy sinceramente) una versión desmejorada de mis padres, como si de ellos solo hubiera adquirido aquello que no les era necesario y simplemente querían desechar: la completa desilusión por prácticamente todo, la glotonería, la lentitud psíquica y física, la preocupación continua o simplemente, la cabezonería.
No soy lo que se suele decir... alguien sociable. De hecho, el único amigo real que he tenido lo conocí apenas hace unos meses, y últimamente ni siquiera he podido ponerme en contacto con él.
Probablemente solo tú leas esto, Capitán.
La cuestión es que... me siento vacía, más aún ahora que estoy en mitad de un momento importante en mi vida y no soy capaz de sentir ni una pizca de felicidad por ello. Como si todos mis sentimientos estuviesen congelados.
Siento decirte, Capi, que volví a lo mismo. Sé que te prometí ser menos... yo, pero me es imposible. Soy incapaz de hacer algo por mí misma y no sentirme un completo estorbo. Tal vez por ello aquí no me ha ido precisamente mejor.
Créeme, lo he intentado. He hablado con varias personas aquí, pero tal vez por mi aspecto desaliñado y... raro, no se hayan percatado de mi existencia. Ja. Irónico.
La cuestión es que... Estoy cansada. Estoy cansada de luchar por algo con lo que ni yo ni los demás estamos satisfechos. Estoy cansada de intentar conseguir la aprobación de los demás... y la mía propia, sin resultado.
Pero eh, no todo está perdido. Aún tengo un pequeño objetivo: sobrevivir. Tal vez por sentirme bien o por intentar demostrar que no soy tan vulgar como aparento.
Hace poco comencé a dar clases particulares a estudiantes de secundaria que tenían asignaturas pendientes, con eso de que yo ya me gradué hace tiempo y tal.
Y, para mi sorpresa, no se me da mal. Los chicos aprueban y yo, poco a poco, voy consiguiendo el dinero suficiente para comprar un móvil nuevo, el viejo ya lo doy por perdido.
Tal vez cuando lo consiga, pueda volver a hablar contigo como antes, con la misma motivación que me da saber que alguien cree en mí.
Aún así, te doy las gracias. En realidad esto es justamente para eso, para agradecerte.
Gracias, amigo, por creer que alguien del montón puede llegar a ser solo "alguien".
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La vida de una extraña marginada
Non-FictionNo debería escribir, soy consciente. Sé que es esto lo que me merezco, pero, aun sabiendo de mi ausencia, necesito desahogarme. Al fin y al cabo, soy humana, ¿no?