Capítulo 8. ¡La familia siempre vuelve!

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Géminis

Me desperté hace unos minutos, estaba en mi habitación del hotel, pero estaba amarrada a una silla y en ropa interior.

Lo último que recuerdo es que casi me acuesto con Escorpio... ¡Esperen! ¿¡Me acosté con ese idiota!? No tarde en empezar a forcejear.

Mas no lograba hacer nada, y si, tampoco podía gritar, tenía una manzana en la boca. Maldito.

—Hola hermosa— La voz áspera y coqueta del Escorpión me sorprendió con rapidez nuestras miradas se cruzan, observo como sale del baño.

Hijo de la mierda, disfruta tus pocos minutos completo por que cuando me sueltes te voy a matar. Con pasos perezosos se acercó para de un movimiento bruzco arrancar la manzana de mi boca.

—¿¡Qué tienes en tú estúpida cabeza?! — Exclame furiosa, apretando la mandíbula con fuerza.

—Shh no grites — Movio la cabeza negando para acercar más su rostro al mío y colocar su dedo índice en mis labios en señal que me calle— No te haré daño Gem— Sonrió cínico.

Trate de morderle el dedo pero este fue más veloz y se alejo tranquilo.

—Claro que no, por que antes voy a cortarte las pelotas — Gruñi y desvíe la mirada— Déjate de estupideces y dime que carajos hago amordazada.

—Necesito tu gran curioso y secreto pasado que tanto escondes.

—¿Qué pasado? No seas idiota — Hice un falso puchero y ladeo la cabeza fingiendo confusión e inocencia, siempre se me dio esto de la actuación.

—No me vengas con mentiras, si no quieres que me ponga agresivo, será mejor que hables— Una mueca se instalo por unos segundos en su rostro sacando de una caja de herramientas una navaja.

—No se de lo que me estas hablando, les he dicho siempre la verdad — Aleje la mirada del arma y le sonreí tranquila. Este idiota tenía caca en la mente si creía que con sus jueguitos simples diría algo.

—Okay— Se acerca a mi, con una mano acarició mi mejilla cruzando la mirada conmigo— Dime lo que quiero oir, enana— Antes de pronunciar la última palabra la frialdad del filoso metal cortó con lentitud mi calido abdomen, el ardor empezó a fluir y pequeños recuerdos regresaban a mi mente.

—Cariño, esto no es nada, ¡la vida te tratara peor! —solto una carcajada de diversión y malicia sobre mi sucio rostro, que en un profundo respiro en busca de fuerza el olor a cigarros baratos y alcohol me hizo sollozar, nuevamente.

Aprete los párpados rompiendo contacto visual, sonreí con aquella sonrisa que años atrás no había vuelto a parecer, solte una carcajada dejando caer hacia atrás la cabeza, dejandolo confundido.

—Auch —Hice un puchero acompañado de un juguetón sacudimiento de pestañas gestos que rápido borre y volví a sonreír— Este juego es demasiado básico y sin dolor, ¿no tienes algo de otro nivel? —Ladeo la cabeza y busco con la mirada algo que no sea una navaja.

Claro que dolía, no sean idiotas, solo que ya estoy acostumbrada, solo les diré que la vida no es fácil, y nadie mas que esta familia que tengo lo sabe.

—Mierda, que no te quiero hacer daño, solo quiero que me digas un poco de tu pasado y haremos como si nada de esto paso.

—Ya veo, si es así, esta bien —Dije animada y tranquila— cuando cumplí cinco años me hicieron una fiesta de cumpleaños.

—¿Es en serio?, no te hagas la tonta y dime lo que realmente quiero saber — Gruño, una parte de su mejilla derecha se veía más hundida, por lo que supongo se mordia la mejilla, eso signficaba desesperación y enfado, no podía convivir tanto tiempo con a esa bola de idiotas, sin saber algunos de sus gestos, ¿no?.

Detras De Ellos |ZODIACO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora