Capítulo 37

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Una vez más, despierto sola en la habitación de Benjamin, me tomo mi tiempo para ducharme y volver a vestirme con su ropa. 

Estoy dispuesta a salir para desayunar cuando, cerca del armario de Benjamin, veo un cuadro en el suelo. Me acerco a él y veo que está algo roto, lo cojo y observo que es bastante bonito. Recuerdo entonces que en la habitación en la que Daryl y yo dormíamos había un marco que quizás encaje con este, voy a buscarlo y al regresar lo pruebo, es algo grande. Con lo que encuentro en la habitación, consigo cortar el cuadro lo suficiente para que quepa perfectamente en el marco, lo limpio un poco y con el cuchillo de Jesus escribo mis iniciales en una de las esquinas.

-Ahora está mucho mejor.-me digo antes de salir de la habitación con él.

Como esperaba, Benjamin está en la calle corriendo, cuando me ve con el cuadro se acerca algo extrañado.

-¿Qué haces con...?

-Lo he arreglado.-digo enseñándoselo.

-¿Qué?

-Lo he encontrado en tu habitación, vi que estaba roto y lo arreglé.

-Gracias.-dice, cogiéndolo y sonriendo al ver que está como nuevo.

-¿Qué pensabas hacer con él?

-Bueno, quiero regalárselo a un amigo.

-Eso es muy bonito.-sonrío.

-Oh, April, se me olvidó decirte que hoy tengo que ir a un intercambio de alimentos con los Salvadores, no creo que vuelva hasta dentro de unas horas.

-Ah... No importa, yo no me moveré de aquí, me quedaré, ya sabes, esperando a Daryl...

-¿Daryl?-dice de pronto el hombre que fue mi guía el día que llegué aquí.-Estuvo aquí hace un par de noches, durmió y se largó.

-¿Qué? ¿A dónde?-digo con el rostro casi descompuesto.

-No lo sé, venía de visitar a una mujer.

-¿Una mujer? Carol.-es lo primero que digo, mientras mi estómago me comienza a doler de rabia.-Iré a su casa.

-No sabes dónde está.-dice Benjamin.-Te acompañaré.

-No, Benjamin, iré sola y la encontraré, ella y yo debemos solucionar algunas cosas.

-¿Estás segura?

-Sí.

-Cinco minutos para irnos.-dice Ezekiel a Benjamin, yo me retiro a la habitación, cojo mi machete, mi pistola y mi cuchillo y me dirijo hacia la entrada del Reino.

-La encontrarás siguiendo la carretera.-dice el guía.

Asiento mientras las puertas se abren y salgo de allí tan rápido como puedo.

Todo es desconocido para mí en el camino, ando desorientada y simplemente sigo la carretera como me dijeron, intentando buscar una casa, pero no veo nada. Me cruzo con algunos caminantes, pero no me cuesta trabajo acabar con ellos, me encuentro más cansada por el hecho de no haber desayunado que por no parar de clavar machetes en cabezas.

Pasada una hora, observo a lo lejos una casa, y apresuro mis pasos mientras el fuego de mi estómago crece. La casita de Carol parece realmente acogedora, perfecta para dos. Cuando estoy junto a la puerta, llamo un par de veces, la mujer no tarda demasiado en abrir.

-April... Dios mío...-dice en cuanto me ve, con sus ojos comenzando a cristalizarse.

-No tengo tiempo para esto.-contesto ignorando su numerito y entrando a la casa de golpe.-¡Daryl!

Until Death Do Us Apart |Daryl Dixon|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora