El comienzo de la tormenta

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Esta historia, posiblemente les haya pasado a ustedes o podría parecerse un poco a alguna situación con algún amigo o conocido que les haya contado. Bueno, yo no haré la excepción y les diré como he sentido que mi vida ha cambiado drásticamente de una playa tranquila de clima soleado a una tormenta eléctrica con olas enormes que te hunden si estás en alta mar…

Todo empezó desde que tenía 3 años, hay cosas de las que debería olvidar o al menos recordar con más cariño pero este recuerdo en específico, es el que me tiene rondando en la cabeza. Mi hermano mayor, Kai, tenía 6 años cuando se dispuso a cuidarme unos minutos en que mi madre iba por algo de comer, en nuestra casa hay piscina y nuestro padre insistió en hacer una parrillada, invitó a algunos de sus amigos pero lamentablemente sólo éramos dos niños en la reunión.

-¡Kai!, ¡Necesito que vengas!
-¡Voy!- Un niño que jugaba a atrapar a un pequeño gatito de color negro, se encontraba cerca del jardín del patio y se dirigía a la que lo llamó.
-Hijo, necesito que cuides a Rei, sólo iré por algo de comer y ¿Tú ya tienes hambre?
-No, papá ya me dio carne asada. No te preocupes mamá, yo te espero.
-Buen chico, ¿Qué haría yo sin ti?

Ella se levantó de su silla confiando en las palabras de mi hermano, por lo que recuerdo, yo estaba jugando a construir una torre con mis juguetes armables, ahí fue cuando vi el motivo de mi perdición y que nadie creería capaz de dañar. Una bella mariposa de llamativos colores, de blanco, negro y naranja apareció volando sobre mí, yo intenté seguirla.
-¡Espera!... gato tonto, no te acerques a la piscina.
El chico que le había prometido a mi madre cuidarme, se alejaba para cuidar más a su mascota que a mí, aún considero que en general, en la infancia hay ciertos privilegios que no se pueden olvidar por cada niño y las distracciones estaban atados en cada momento con ellos.

-¡Iori!, por poco…

La frase se quedó sin terminar cuando yo caí en la piscina, recuerdo bien cuando empecé a ver el fondo de la piscina y cuando fui cayendo poco a poco. Escuché que alguien se había tirado también, por un momento pensé que había sido mi padre pero fue él… al principio fue muy heroico y luego fue tan tonto… ambos nos estábamos ahogando, hasta que mi padre sin dudarlo, fue por nosotros.

-¡Rei, perdóname!
-Tranquilo, va a estar bien- Mi padre trató de apartarlo de mí, no podía abrir mis ojos pero sí oír todo lo que se decían.
-¡No!, ¡Fue mi culpa!... ¡Por favor, regresa!- Fue la primera vez que ese niño empezó a verme de otra manera y yo nunca lo había considerado fuera de lugar.

Él me tenía abrazado, acercó sus labios para darme besitos en mis mejillas, frente y finalmente en la boca. Justo cuando empezaba a ver una luz, algo dentro de mí empezó a recorrerme, en ese momento empecé a escupir el agua que tragué y todos los que estuvieron ahí, decían que había ocurrido un milagro, era claro que no me motivó el asco o el deseo de sobrevivir como pensarían otras personas, era algo más que eso, era muy joven para entenderlo todavía y que ignoré antes de cumplir los 20 años.

-¡Rei!, ¿Vas a pasarnos el balón o no?
-¡Sí, lo siento!- Grité desde lejos.

Había saltado a otro recuerdo, el pasado a veces puede presentarse como una película en tu mente y sin que puedas controlarlo. Tenía 7 años cuando empecé a juntarme con otros niños en la escuela primaria, en los descansos nos dedicábamos al ejercicio, hoy habíamos decidido jugar futbol, los recreos siempre fueron ventajosos para conocer a nuevos amigos.

-Oye, ¿siempre haces eso?, distraerte en un partido no será nada divertido.
-Dije que lo sentía Rai, no volverá a pasar.
-Y bueno, ¿En qué pensabas?, si se puede saber.
-Está bien, sé que será algo tonto y apresurado pero… imaginaba como sería mi vida más adelante al tener un empleo.
-¿Apresurado?, ¡Apenas tenemos 7 años!... nos queda tiempo para decidir y elegir.
-¿Y qué creen que están haciendo?

Un giro de eventosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora