Capitulo 23.🌻

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– No quiero llegar tarde – dije mientras sentía como frotaba su sexo con el mío y besaba mi cuello, alterándome más.

– Te prometo que será rápido – musitó en mi oído y luego lo lamió.

– Aún nos queda la noche de hoy – exclamé acariciando su espalda.

– Faltan muchas horas – dijo entrando en mí nuevamente.

– Dijiste que... ah... sólo un beso... – señalé con la voz entre cortada moviéndome a su ritmo constante.

– No puedo evitarlo... tengo hambre de ti... – agregó moviéndose más rápido y besándome frenéticamente en tanto mis uñas recorrían su espalda.

– En serio... ¿no te tomas nada? – pregunté sintiendo aún más la intensidad de sus movimientos dentro de mí.

– No Amor... tú eres mi única droga.

Embistió en mí unas veces más hasta que exploté e instantes después él lo hizo también y luego volvió a besarme en los labios.

– Buenos días, mi amor – exclamó mirándome y sonriendo.

– Buenos días, Amor , ¿ya puedo ir a bañarme?

– ¿Es necesario?

– Sí, ya te dije que debo ir a trabajar.

– Está bien – se acostó a un lado y me levanté de la cama – ¿quieres que te lave la espalda? – añadió en tono sensual.

– Hoy no, tengo que ducharme rápido y sé que contigo sería imposible – respondí entrando al baño y cerrando la puerta sintiéndome feliz como nunca antes.

Había sido el mejor despertar de toda mi vida, me volvía loca que me dijera corazón y más cuando pronunciaba esas dos extraordinarias palabras que me hacían flotar, pero no sólo que las dijera sino que me lo demostrara, Justin me amaba tanto como yo a él, ayer me lo había dejado muy claro con todas sus actitudes.

Salí del baño envuelta en una toalla y lo vi acostado en la cama boca arriba, con sus manos detrás de su cabeza, me sonrió al verme, yo le devolví la sonrisa y abrí el armario para sacar la ropa que me pondría, sentí que me abrazó y me dio un beso en el hombro y luego recargó su cabeza.

– Qué bonito cantas – exclamó haciendo que me sonrojara.

– Oh dios, que vergüenza que me hayas escuchado.

– -.., ¿cuántas veces he recorrido tu cuerpo desnudo sin ningún pudor y te avergüenzas porque te escuché cantar? – dijo en tono divertido y más me sonrojé.

– Es que no lo hago bien y no me gusta que me escuchen.

– Claro que lo haces bien, te hace falta un poco más de confianza en ti misma.

– Creo que necesitas que te revisen los oídos o bañarte mejor.

– Me encanta tu sentido del humor.

– Ya déjame vestir que no te encantara verme de malas.

– No importa, ya sé lo gratificantes que resultan las reconciliaciones.

– Justin, apenas tengo el tiempo justo para llegar a la hora exacta.

– Está bien – me dio un beso en la cabeza – ¿Almorzamos juntos? – añadió soltándome.

– Tengo que ver primero mi agenda, a ver si no tengo otro compromiso – dije divertida mientras me quitaba la toalla para ponerme la ropa interior.

– Está bien licenciada, esperaré su llamada – respondió en tanto abrochaba mi sostén.

– ¿Te quedarás aquí todo el día?

Ardiente Tentación. 🔥 |Jelena| Where stories live. Discover now