Capítulo 2

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-¡Mi tiempo es oro, (T/N)!- Rugió la voz de Sherlock desde la planta baja.

-Aún no entiendo por que acepte ir con ustedes- Murmuraste, mientras bajabas las escaleras y acomodabas tu bufanda.

-Porque quieres recuperar tu caja musical.

  Dudaste un momento

-Cuando tienes razón, tienes razón.

-Siempre la tengo- Tú y John rodaron los ojos.

  Luego del viaje en taxi, los tres bajaron frente a una tienda de empeño. La vidriera exhibía objetos muy diversos, desde un reloj de plata hasta un reproductor de música viejo y con los botones hundidos ¿Quien compraría esa chatarra?

  El anciano, al parecer propietario de la tienda, se encontraba limpiando sus lentes con un viejo pañuelo de tela, cuando ustedes irrumpieron en su tienda. John se acercó a él, mientras Sherlock se disponía a husmear entre las cacharros posicionados sobre los mostradores.

-Buenas tardes, señor, ¿Le interesaría comprar un elegante perfume traído directamente desde Francia?- Preguntó el anciano elocuente.

-Si, John, quizás eso te ayude a mantener relaciones prolongadas- Comentó el detective con sarcasmo. Reíste entre dientes.

-Tal vez otro día... En realidad, queríamos saber si usted recuerda a la mujer que intercambió este artículo- John le entregó el recibo que tenía ella en su chaqueta. El octogenario acomodo sus lentes y acercó el dichoso papel hacia su rostro.

-Oh, si, si. Era una jovencita de cabello corto...¿Castaño?- Tosió un poco- No lo recuerdo bien, pero si recuerdo que vino acompañada de un hombre.

  Sherlock y tú se jactaron cuando el anciano mencionó esto último.

-¿Recuerda cómo era ese hombre?- Interrogó Sherlock acercándose al mostrador.

-Con la edad la memoria nos juega trucos. Lo siento, no lo recuerdo- Te decepcionaste un poco.

-Pero quizás su cámara de seguridad lo haga.

  Alzaste la cabeza, efectivamente, allí estaba la cámara de seguridad más vieja que pudieras imaginar, pero al parecer, aún andaba en perfectas condiciones.

  El VHS fue introducido en la videocasetera con sumo cuidado. Esperaste impaciente la imagen. Era ella, se veía mucho menos pálida desde la última vez que la viste, pero si era ella. 

  ¿Y Ese sujeto? No lo habías visto en tu vida.

-¿Alguna idea de quién es ese tipo?- John se acerco a tí y posó una mano en tu hombro.

-En absoluto.

                                                          ****                                                        

-Aún no tenemos nada.

-No hay que ser negativos, seguro...encontraremos algo- Aseguró John, mientras tomaba otro sorbo de su café cortado- ¿Cierto, Sherlock?

  El detective estaba desorientado, con la vista fija en la mesa, sostenía sus manos como si estuviese rezando. Parecía estresado.

  John te advirtió con una mirada que no le preguntases qué le ocurría a su compañero y decidiste no hacerlo. Además, la camarera había traído el sándwich que pediste, morías de hambre.

-¿No es demasiado sándwich para ti?- El doctor te miro con recelo.

-Se nota que no me conoces, John- Diste un mordisco eminente, que desconcentro un poco a Sherlock.

-La comida no se escapara de tu plato, (T/N).

  Lo ignoraste completamente y seguiste comiendo tu sándwich, acompañado de una Sprite.

-Escapar... Escaparse...- Los ojos de Sherlock centellearon un segundo. Seguidamente se levantó, cogió su abrigo y salió corriendo del local.

-El...¿El siempre hace eso?- Preguntaste limpiando tu boca con una servilleta.

-Ya te acostumbraras...- John suspiró y terminó su café- Ven, vayamos a pagar y sigámoslo.

  Se apuraron a pagar y salieron a la calle (Tu con una bolsa y lo que quedaba del sándwich adentro). Extrañamente, se paseaba mucha gente el día de hoy y entre tanta muchedumbre no se veía nada.

-¿Llegas a ver algo?

-Soy un maldito hobbit- Por alguna razón, John intentó ocultar una sonrisa cuando escucho lo que dijiste, pero rápidamente volvió a concentrarse en encontrar a Sherlock.

  Introdujiste tu pequeño cuerpo en medio del gentío, ahora no solo no lograbas ver a Sherlock, sino que también perdiste a John. Desplazabas tu mirada de un lado a otro, esperando encontrar una figura conocida. Nada. Comenzaste a desesperarte.

  Era evidente que no te sentías cómoda entre tantas personas ¿Y a quién diablos le gusta estar apretujado entre tanta carne desconocida?

  De repente, unas manos se aferraron a tus hombros, para luego arrastrarte con ellas a la oscuridad de un callejón. Lanzabas golpes y patadas a la nada, no conseguías atinarle, hasta que lograste darle un codazo en el estómago a tu bravucón.

-¡Sherlock!- Al reconocer los castaños y desarreglados rulos del detective, te alejaste unos pasos-¡¿Acaso te fallan las neuronas?!

-¿Asustada? Tu pulso aumentó de repente- Preguntó trazando media sonrisa- No, no voy a abusar de ti.

  Suspiraste.

-¡Me hubieses llamado y...!- Obstruyo tu voz con una de sus manos.

-Shh...Nos están siguiendo- Sherlock señaló a un hombre entre la multitud ¡Se estaba acercando a John!

  Ambos se observaron de reojo y comenzaron a correr en dirección al sujeto. Este se jactó de la persecución y aceleró el paso. Ahora John se sumó a la caza del hombre misterioso, sin saber qué diablos ocurría.

  Llegaron al final de la calle. Sherlock lo derribó, tirándolo al suelo, pero este sacó un arma.

-¡Arriba las manos!- Exclamó el tipo apuntando a los residentes de Baker Street.

-Qué cliché- Murmuró el detective.

-¡Cállate!- Le quitó el seguro al revolver.

  ¿Que podías hacer? Estabas escondida tras una pared, observando todo. Sherlock hizo un gesto con su cabeza.

  ¡¿Qué demonios significaba?!

  Espera ¡Un ladrillo!, ¿Será que...?

  Sherlock y John presenciaron asombrados, y quizás algo asustados, como el ladrillo golpeaba la cabeza del hombre, quien se desplomaba en el pavimento.

-¡(T/N)!- Profirió el doctor molesto.

-Oigan, no están muertos. Agradezcan.

  John tanteo su frente, algo sudorosa por el susto.

-Poco convencional, pero efectivo- El detective tomó al matón del brazo, arrastrándolo- ¿Esperan una invitación?, ¡Llevémoslo a casa!

  Te encogiste de hombros y entablaste la difícil tarea de llevar a un peso muerto a Baker Street, junto a tus dos nuevos compañeros de vandalismo.

La inadaptada y el funcional (Sherlock x reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora