10. De juicios y contratos.

1.4K 104 8
                                    

.

.

.

El chico llego a su trabajo milagrosamente a tiempo, aunque tuvo mucho que ver el que Kreacher hubiera estado tendiéndole un café o acomodándole la ropa, en lo que él se duchaba. Era perfecto, sonrió el Potter una vez más, ya instalado en su por ahora pequeña oficina, mientras trataba de leer unos papeles, que dejo a un lado cuando tocaron la puerta caoba dos veces y luego tres, daba lo mismo, ni siquiera estaba resolviendo nada, en realidad.

- Pasa Romeo - Sonrió al saber que el rubio tras la puerta rodaría los ojos y poco después esta se abrió dando paso a su mejor amigo, el bastardo llevaba una sonrisa única, feliz, de esas que jamás le había visto.

En paz pues ya nadie sería capaz de separarlo de su pareja y Harry, orgulloso, deseo poder afirmar lo mismo.

- Julieta - Reverencio el rubio, divertido. Era obvio su buen humor y que ninguna ofensa podría quitárselo, después de todo en su momento había sido obligado a leer tal obra "cursi y ridícula" por nada más y nada menos que su esposo.

Aunque ¿quién podría creerse aquello? el lord oscuro, amante de los sangre pura, admirador de Shakespeare, el dios de la tragedia.

La sola idea era ridícula.

- ¿Cómo has pasado tu noche de bodas? - Pregunto el Potter divertido, realmente no necesitaba una respuesta, pero tenía la oportunidad de apenar a un Malfoy y jamás la perdería.

- Igual que la tuya, pero más formal, maldito tonto. - Regreso y Harry se rio a carcajada suelta, la cara de su amigo estaba roja. Tom de verdad se había lucido, no encontraba otra explicación. - De igual forma ¿ya tienes una solución para el problema de la escolarización muggle? - Se concentró en el trabajo para desviar la atención de sí mismo y Harry alzo una ceja, sabía perfectamente que su amigo no quería preguntar precisamente eso. Después de todo lo que había pasado con Dumbledore, el anciano era más importante.

- Los hare sentir culpables, mi historia es una clara muestra de que no debemos mezclar culturas y resulta obvio entonces que con esta nueva orden el ministerio se equivoca, un niño mágico es un foco de atención y si bien los sangre pura sabrán comportarse es importante el destacar que los nacidos de muggles y mestizos están acostumbrados a otros clase de tratos, además los muggles, atemorizados repudiaran la magia apegándose a lo que ya conocen. Tengamos en cuenta mi niñez y como los niños al sentirse diferentes maltratan a otros, ningún padre desea eso para su hijo y al convencerlos regare cual pólvora otra idea, mucho mejor y centrada en mantener las viejas costumbre. Incluso puedo probarlo, pidiendo un par de favores. La escuela privada permite que el carácter del niño se fortalezca. Aunque no significa que una vez por semana los niños mágicos y los niños muggles no puedan convivir en alguna especie de "viaje de intercambio" pues los Muggles lo hacen entre ellos. El sistema solo necesita un nombre oficial, y en el segundo año de aprendizaje, una vez al mes ambas clases se junten como si los niños mágicos no lo fueran Me niego a exhibirnos frente a las personas que no nos entienden. - Sonrió engreído, al fin, después de tanto pensar tenían la solución y no se permitiría, bajo ningún concepto el perder la futura audiencia para negociar aquello, aunque sentía que no la tendría tan fácil como se esperaba, aunque no entendía el porqué de su presentimiento.

De una cosa estaba seguro, detectaría un foco de infección importante, dirigido totalmente en su contra, y tan solo esperaba que no tuviera nada que ver con Dumbledore el bastardo.

- Y que pasa con el anciano, te hizo técnicamente un gerontofilico y de golpe solo aparece y tú recién comprometido ¿estás bien con eso? - Inquirió el rubio sin preocupación, Harry entendería que estaba preocupado por cómo se sentía y que no era un reproche sino una duda.

La Era del DragonWhere stories live. Discover now