Capitulo V

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Sherlock salió de la casa y tomó un taxi, aprovechó el tiempo del trayecto hacia el hospital donde John trabajaba para volver a analizar el reproductor de música. Nada nuevo, o tal vez esa esencia... nada que pudiera recordar.

Cuando Sherlock llegó al hospital, habló con la enfermera que era responsable de reservar las citas de John.

-Podría darme una cita- exclamó Sherlock mientras acomodaba el par de anteojos que se había puesto

-Por supuesto, ¿para mañana señor?

-¿No podría ser hoy? El horario dice que está abierto hasta las seis de la tarde

-Sí, pero el doctor tuvo que salir

-¿Alguna emergencia?

-No, dijo que iba a una reunión

- Oh ya veo, parece ser un médico responsable. Espero que esto no se repita mañana cuando venga a cita.

-No lo creo, el doctor Watson sale pocas veces a la semana, últimamente ha tenido varias reuniones pero no creo que mañana se repitan. Entonces el doctor Watson lo verá mañana- la enfermera se agachó en su escritorio buscando una agenda- ¿le parece bien a las tres?- la enfermera buscaba a un paciente que había desparecido mientras ella buscaba su agenda.

"John hay una emergencia"-Sherlock se apresuró a escribir- "¿Podrías venir a Baker Street?"

Apenas llegó a Baker Street, se dio cuenta de que el doctor ya estaba ahí esperándolo.

-¿Sherlock? la señora Hudson me dijo...

-Eso no importa ahora- interrumpió Holmes abriéndole la puerta e incitándolo con la mirada a entrar. John accedió con un gesto y entró sin decir una palabra. En cuando estuvieron solos, Sherlock juntó las manos y lo miró con esa expresión de arrogancia que sabía que John detestaba.

-¿Qué pasa?- preguntó el doctor Watson comenzando a impacientarse -sabes que odio que hagas eso

-¿Hacer qué?

-Esa expresión, la detesto

-¿Por qué?

-Sherlock, estaba trabajado y me salí porque tu mensaje decía "urgente", pero en definitiva no pensé que fuera para que te quedaras ahí, sentado, mirándome...

-¿Cómo iba vestida Mary hoy?- le preguntó interrumpiéndolo el detective

-¿De qué hablas?

-¿Recuerdas qué llevaba puesto?

John lo miró sin comprender, pero la expresión de Sherlock permanecía impasible, como siempre. Suspiró resignado y comenzó a describir a Mary con dificultad

-Blusa azul, pantalón negro, saco negro... zapatos bajos

-¿Adornos?

-Una pulsera plateada, el anillo de bodas, un anillo pequeño en la otra mano...

-¿Y en la cabeza?

-Un... prendedor plateado, creo

Sherlock cerró los ojos. Mary se había puesto el prendedor después, en su casa; durante el desayuno no lo llevaba. Si John había visto el prendedor significaba solo una cosa, o Mary le había mentido y John si había vuelto a casa, o John se había escabullido en su casa sin que ella se diera cuenta, tal vez para buscar algo... o dejar algo.

Trató de ordenar su palacio mental, quería descartar esa idea, lo deseaba, pero sentía que entre más evidencias reunía, más parecía que John estaba involucrado en algo que no resultaría bien.

El Soldado MentirosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora