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La noche ya había caído en la ciudad de Seúl, las calles concurridas y negocios iluminados estaban bastante alejadas de ser el actual panorama.

En un callejón, oscuro y lleno de basura, se encontraba la razón por la que nadie se atrevía a andar por allí, un chico, tenía cabello negro, ojos tan oscuros como lo que su alma era capaz de hacer y una tez hermosamente clara. Allí se encontraba él, afilando sus pequeños pero letales cuchillos, limpiando la sangre que quedaba bajo sus uñas luego de cada una de sus macabras acciones y volviendo a ponerse la ropa que llevaba antes de cometer sus múltiples delitos nocturnos.

Muchas personas le temían a aquel muchacho, muchas personas ni siquiera eran capaces de imaginarse su rostro, pero todas esas personas ignoraban algo muy importante.

Aquel chico, el tan temido, que para evitar que supieran su identidad si es que sus víctimas lograban salir con vida usaba una blanca máscara de conejo, era uno de los idols más conocidos a nivel internacional, conformaba una de las más famosas bandas de K-pop de su generación, la cual se llamaba BTS, y su nombre... Era Jeon JungKook.

* * *

El primer concierto ofrecido por la famosa banda BTS en Seúl acababa de terminar, todos los miembros estaban en los camarimes preparándose para regresar al hotel en el que se hospedarian las siguientes dos dias.

¡Estuvieron excelente chicos! —los felicitaba NamJoon mientras bajaban del escenario, aún se escuchaban los aplausos de las ARMYs emocionadas que quedaban allí afuera.

Tu también estuviste genial —le respondió JiMin— has mejorado mucho —le dio un golpecito de apoyo en el hombro al pasar a su lado.

Tienen razón, recuerdo cuando debutamos, los pasos me parecían mil veces más difíciles de lo que son ahora.

Creo que hablo por BTS al decir que eso nos sucedió a todos —dijo YoonGi.

Tienes razón —lo apoyó HoSeok.

Creí que era el único que lo pensaba —admitió TaeHyung entre risas, vió que JungKook se alejaba por el pasillo, supuso que no había escuchado la conversación por lo que aprovechó para gastarle una broma— ¿Tú qué opinas, Kookie?

JungKook en ese momento volteó, vió que todos sus compañeros lo miraban expectantes, no sabía que hacer, estaba comenzando a sentir esa necesidad de matar otra vez y eso era lo único que había ocupado su cabeza desde que habían bajado del escenario, pero no podía dejar que el resto lo supiera.

Tienen razón —contestó JungKook, alguien una vez le había dicho que si no sabía cómo responder simplemente bastaba decir “si” mientras agregaba una sonrisa, por lo que eso hizo.

Los seis miembros que quedaban lo vieron alejarse rumbo a los vestidores, siempre les extrañaba ver ese comportamiento en el menor, por suerte no se veía tan seguido.

Que extraño —comentó JiMin— habría jurado que no nos había escuchado.

Y yo —dijo SeokJin— pero al parecer la habilidad de super oído es otra de sus virtudes de Golden Maknae.

Luego de eso todos rieron, además de que Jin comenzó a reírse solo por lo “bueno” que había sido su chiste.

JungKook escuchaba las risas desde los vestidores, pero necesitaba cambiarse rápido y salir sin ser visto. Era simple, sus compañeros o una persona inocente que anduviera por las más oscuras y peligrosas calles de Seúl.

在晚上 i'm a bad bunny -jjk。Donde viven las historias. Descúbrelo ahora