{.....}- Ve y descansa, yo preparare algo de comer para más tarde.
Jeryl me dijo mientras llegábamos a su nuevo apartamento. Ella dejo aquel cuando mi padre me llevo con él a regañadientes.
Le sonreí y me fui a su cuarto, su cama era grande y por lo menos dormiría con ella en lo que llega la cama que ya Jeryl mando a pedir para mi, para el cuarto extra qué tiene, sería para mi.
Estaba comenzando a sentirme mal, quizá fue por la lluvia qué tuve que coger horas atrás, mi cabeza dolía y sentía que tenía un poco de fiebre. Me quejé un poco al acostarme y sentir que me dolía todo el cuerpo. Joder.
Jeryl entró en ese momento y me miró con el ceño fruncido.
- ¿Te sientes mal?
Ella me preguntó.
- Qué pregunta tan obvia.
Dije, ella río un poco.
- Te traeré algo de beber y una pastilla que te hará sentir mejor.
Ella dijo y desapareció de la habitación. Mejor amiga, hermana, enfermera y psicóloga, esa es Jeryl.
- Aquí tienes.
Ella llegó, me entrego la pastilla la cúal me la tomé rápido y agua.
- Gracias.
Le dije, ella sonrió.
- Tengo que salir un momento, a comprar los ingredientes para la comida.
Ella me dijo.
- ¿Vas a hacer una cena para 4?
Bromeé recostando mi cabeza me la almohada.
- Quizás. Esa pastilla da algo de sueño, despertarás en 4 horas más o menos.
Ella dijo riendo, yo la miré mal.
- Esta bien.
Me arropé con la sábana.
- Te presentaré a mi novio.
Ella dijo antes de salir por la puerta, dejándome con la boca abierta y la escuché reír mientras escuché el portazo, se había ido.
{.....}
Cuando me desperté, tenía mi nariz congestionada y no dejaba de estornudar.
Me fui directo al baño, me di una ducha y salí envuelta en una toalla. Jeryl me había echo el favor de sacar la ropa de la maleta y ponerla en el armario, busque un pantalón corto crema, junto con una camisa blanca de mangas estiló suéter, calientito; por último me puse unas medias para no estar descalza y aunque literalmente lo estaba me gustaban más las medias, eran calientes.
Él olor a comida haciéndose inundo mis narices justo cuando abrí la puerta de la habitación, una risa se escucho al fondo y supe que era de Jeryl. Me acerqué hacia la cocina y Jeryl me vio, sonriéndome.
- ¡Ya era hora de qué te levantarás!
Jeryl dijo, haciendo qué el chico que estaba a su lado volteara a mirarme. Era guapo.
- Te quiero presentar a Evan Peters, mi novio.
Ella sonrió, el me miró y me dedico una agradable sonrisa amistosa. Se acercó a mi y estrechamos nuestras manos en forma de saludo.
- Me llamo _______ Collins.
Dije, el asintió levemente volviendo a su lugar al lado de Jeryl, ella besó su mejilla haciendo qué el se sonrojará.
- ¿Quieres qué les sirva ahora?
Jeryl preguntó. Yo moría de hambre, y la idea de qué probablemente mis padres estén buscándome hasta debajo de las pierdas se me hizo presente.
****
Mientras comíamos, Evan y yo nos conocíamos más. Me contó acerca de su familia y qué tenía una hermanita de apenas 1 año de edad. Yo le conté sobre mi problema, Jeryl me ayudo un poco por qué mi nariz no dejaba de ponerse aún más roja y los estornudos no se detenían por nada del mundo.
- ¿Tus padres están locos o qué?
Él dijo, Jeryl y yo reímos a la misma vez
- Algo así, ya no sé si en realidad son mis padres.
Dije, miré hacia mi regazo.
Un rato después, él se estaba despidiendo.
- Fue un placer, _____.
Él dijo, besó mi mejilla amistosamente, miró a Jeryl y se fueron hacia la puerta agarrados de la mano.
- Oye, con todo el respeto, jamás había visto a una persona con ese color de ojos que tienes; me has impactado.
Él dijo, Jeryl y yo reímos.
- Si, lo sé, es muy raro.
Respondí.
- Pero es precioso.
Agregó Jeryl, yo reí suavemente.
- Buenas noches.
Él dijo, yo asentí levemente.
- Bajaré con el un rato, no me esperes.
Jeryl dijo, yo reí y asentí.
Cuando terminé de lavar los platos sucios, ya qué debía de ayudar en algo como siempre Jeryl y yo habíamos echo. Ayudándonos mutuamente.
Me fui a la habitación en donde dormirá con Jeryl unos días o por lo menos una semana, me cambié para estar más cómoda. Una camisa larga qué llegaba exactamente dos dedos arriba de mi rodilla, perfecto para estar aquí una noche de un miércoles.
Escuché la puerta sonar. Jeryl lo más probablemente había cerrado la puerta con el seguro puesto y había dejado las llaves adentro, típica Jeryl.
Me solté el cabello para qué la circulación corriera mejor y estar más cómoda. Justo cuando me solté el cabello, di un suspiro al sentir la comodidad.
Bufé cuando Jeryl, o por lo menos esa debía de ser ella, tocó nuevamente la puerta.
Abrí la puerta con cuidado y la persona que menos esperaba encontrarme... ahí estaba enfrente de mi, a sólo unos metros de mi y yo quería deseaba a sus brazos.