La inmensa y hermosa oscuridad del espacio es lo que le pasaba por la mente al capitán. En casa instalaron focos en el cielo tras desvelar la capa y hacía ya mucho tiempo desde que no salía en misión, por lo que se le grabó en la mente aquel recuerdo. Al fin y al cabo iba a ser la última vez que lo vería y no quería despedirse sin honores.
Los motores rugían y la nave avanzaba despiadadamente a través del vacío como un fuego fatuo atravesaba el aire. El generador de oxígeno se unía a la compañía de sonidos con su suave silbido, casi insonoro, pero necesario para respirar. De los altavoces se emitía una melodía de unos cuantos turinos atrás, lo cual le recordaba a cuando empezó su mejor etapa, la infancia.
De pronto la armoniosa melodía que desprendían aquellos aparatos se detuvo deteniendo también ese buen momento que estaba teniendo el capitán, y se oyó la voz de un joven hombre:
- Llegaremos a nuestro destino en menos de una... - se interrumpió para preguntar en cuanto tiempo llegarían y volvió a formular la aclaración al ver que se había equivocado-. Llegaremos a nuestro destino en 54 minutos. Por favor procedan a coger... - volvió a pararse para preguntar y continuó-. Procedan a dividirse en sus facciones y a coger su equipamiento de exploración.-
El capitán tomó las instrucciones del joven hombre con calma, a diferencia de los demás, y dio un paseo hasta que llegó a la herrería , donde buscó su espada de litio y la cogió sin más demora.
A continuación salió de la herrería y continuó andando por los pasillos de la nave hasta su próximo destino, la armería. Al entrar se encontró con un anciano de cuatro turinos y le saludó. Este le saludó de vuelta, con una reverencia. El capitán lo miró fijamente a los ojos y el anciano sacó un rifle especial para el capitán. Este no estaba hecho de verdislumí como el resto de armas mediocres, sino que estaba echo de virno ébarno, un material que los dioses forjaron para convertirlo en el más fuerte de la galaxia y que solo han encontrado en escasas ocasiones. El capitán tomó una mirada satisfactoria al objeto para después guardarlo en la mochila comprimida. Siguió su camino. Junto a su marcha se aproximó un soldado que poseía el rango de sorentga:- Los soldados enfilan sus posiciones y alzan sus armas por una victoria más, mi capitán. Todos llevan en su interior la energía necesaria para creer en un ídolo que es usted, señor, y esperan órdenes. ¿Qué deb... -.
-Diles que se preparen para lo que pueda haber y que no se imaginen que todo va a ser flores y onas. - Al soldado le costaba mantener el ritmo del capitán y de vez en cuando tenía que correr para alcanzar su gran velocidad - Que probablemente muchos de ellos no verán otra vez la luz y sus familias les echaran de menos, pero que lo harán por el honor del imperio y por el honor de Ragnarok.
- ¿Señor está seguro de que eso les motivará...
- ¡¿Estás cuestionando mis acciones soldado?! - lo interrumpió el capitán con su grave pero desgastada voz de varón -.
- ¡No señor! ¡Nunca faltaré el resp...
-Pues adelante, dígaselo.
- ¡Si señor! - Gritó el sorentga demostrando la lealtad y confianza en sus superiores. A continuación corrió hacia el lugar en el que las filas de los soldados se encontraban.
El capitán se detuvo detrás de todos los armados, posó con una armadura que desprendía valentía y fuerza, enfundó su espada pura a la que había acudido en las grandes batallas en Herballo y pronunció unas palabras que hizo que los soldados que le acompañaban obtuviesen una gran motivación:
- Todos vosotros sois nuevos en estas cosas a las que los "mayores" ya estamos acostumbrados. El miedo se apodera de vuestro cuerpo como un Rogordande y sentís la mayor desesperación por saber que no sabéis nada, pero este no es el momento para esas tonterías. No intentéis evitar el miedo, vencedlo, y usarlo como inspiración para luchar contra cualquier cosa que se interponga en vuestro camino. Recordad cuándo empezasteis en vuestro patético entrenamiento, !no sabías ni apuntar! Ahora mirad cómo habéis progresado. Habéis desarrollado vuestras habilidades, habéis aprendido a manejar todo tipo de armas, rifles y espadas, y habéis conseguido luchar contra los miedos que antes teníais. Ahora no es el momento de volverse atrás por una simple batalla, nosotros podemos con cualquier cosa. Hoy es vuestra oportunidad de demostraros a vosotros mismos lo que habéis aprendido... Vamos allá.
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Llegada a Helatetumbra
Science FictionSexto tot tras la rebelión Ragkerana. Quincuagésima guerra del capitán. Una nave de exploración Ragkerana aterriza en el último planeta restante para completar la conquista con ánimos de colonizarlo. Todos los soldados son novatos, todos, y el capit...