II

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-¿Qué tal vivir aquí? -preguntó una muchacha rubia, mientras jugaba con la bebida de su copa.
-Am... Bien supongo -le dijo desinteresada, mirando el techo.
Las dos se encontraban acostadas en los sillones de la sala.
-¿Que hay con el muñeco?
-El idiota está trabajando, no sé que tanto hace, creo que es algo así como un obsesivo compulsivo con el trabajo.
Río divertida.
-¿Por qué lo dices?
-Está todo el día con el puto celular, hablando con los inversores, los oficinistas, los economistas, etcétera. Te juro Tiana, me desespera.
-¿En serio es tan correcto como me has dicho?
-Si -exclamó sentándose y sirviéndose un trago de whisky-, es más, jamás lo vi beber, se acuesta todos los días a las nueve, se levanta a las seis, se va seis y media, vuelve a las cinco y hasta los ocho no vuelve a la casa, se la pasa en el campo, recorriéndolo, observando las plantaciones, se tomó muy en serio lo de cuidar las uvas.
-Wou, lo tienes controlado eh -le dijo riendo divertida, guiñándole un ojo.
-No tengo nada más que hacer aquí...
-Ahora que lo dices, ¿Por qué aún sigues en la casa de tus tíos?
-En teoría debería trabajar con él, pero ya sabes, el duelo, así que tengo unos días más de descanso.
-¿Duelo? ¿Y por qué el trabaja entonces?
-Ya te dije, está obsesionado por hacer todo bien y no fallarles a mis tíos.
Miró la hora de su celular y luego sonrió.
-Son las cinco y media pasada, no ha venido ¿Crees que esté en el campo?
-Seguro.
-Yo quiero ver que hace.
-Ve si quieres.
-Okay -exclamó sonriente, poniéndose de pie-, dices que es muy correcto, ya lo comprobaré yo.

-o-o-o-o-

Observó las botellas, pasando la punta de sus dedos por las etiquetas, algunas algo amarillas, con fechas de bastante años atrás, otras de a penas unos meses.
-Solíamos venir aquí con Nina, a escondidas claro -expresó divertida.
El muchacho se giró y se encontró con la mejor amiga de su "prima".
-Tiana, no sabía que estabas aquí.
-Llegué temprano, pero ya me aburrí de estar hablando con Nina, así que me dije ¿Por qué no hablar un poco con Noah?
Sonrió.
-Eres muy amable.
-Y ¿Qué hacías aquí?
-Solo miraba las botellas, sus etiquetas, sus fechas... La historia que hay aquí.
-Los deliciosos vinos que hay -pronunció la rubia mirando las botellas-, ¿Probaste alguno ya?
-No, yo no bebo.
-¿No te gusta el alcohol?
-No lo he probado realmente -le dijo con algo de incomodidad.
-¿Jamás?
-No.
Tomó una botella y sonrió traviesa.
-Déjame ser tu primera vez entonces -le dijo con diversión -, claro, para beber... O lo que quieras.
Sonrió apenado.
-Gracias, pero prefiero no hacerlo.
-Oh vamos, solo un poco.
-No creo que sea buena idea.
-Mira, elegí uno dulce, solo mojate los labios, si no te gusta, prometo no insistir más -pronunció pasándole una copa.
La tomó, la meció suavemente y luego le dio un sorbo.
Quizás esperó algo más dulce, pero ese sabor no estaba nada mal, al contrario, era suave a su paladar.
La rubia se tomó de un solo trago su copa y sonrió.
-¿Te gustó?
-Sí, es muy rico.
-Hay tanto que no conoces cariño, toma un poco más.
-Creo que es suficiente, debo volver con el trabajo.
-Solo un poco, dije que no insistiría si no te gustaba, pero has dicho que sí, debes saber lo que vendes ¿No?
Sonrió y asintió.
-Solo un poco más.
La rubia le sirvió otro poco, y entre risas y recuerdos por parte de ella, terminaron casi la botella.
Podía sentir su cuerpo quemar, y eso que la temperatura era muy baja afuera, pero su piel estaba muy caliente.
La observó, tenía las mejillas sonrosadas, de seguro era por el alcohol, pero se veía muy bonita.
-Oye Noah.
-¿Si? -Preguntó sin apartar la vista de sus ojos brillosos.
-¿Has besado alguna vez a una chica? -le inquirió acercando su rostro al de él.
Negó con la cabeza, sin poder dejar de mirarla.
-No.
Se mojó los labios y observó los del muchacho.
-¿Y te gustaría hacerlo?
-Yo... No lo sé.
Se acercó más, sintiendo su aliento chocar con el suyo.
-¿Quieres que te enseñe?

-o-o-o-o-

Chasqueó la lengua molesta, Tiana se había ido hacía bastante tiempo y no había vuelto aún.
¿Se habría ido sin avisarle?
Se levantó y ya estaba oscuro, y no era nada extraño, en invierno siempre comenzaba a anochecer temprano.
Suspiró y tomó su abrigo, iría a buscarla, se aburría sola.

-o-o-o-o-

Cerró los ojos y lo tomó por detrás del cuello, acercándolo a ella.
Tiró su cabeza hacia atrás, dándole lugar a los labios de él sobre su piel.
Jadeó al sentir sus manos descender por su espalda, delineando su columna hasta su trasero.
El moreno mordió suavemente su cuello, subiendo con húmedos besos hasta su boca, mordiendo su labio inferior antes de besarla una vez más.
La sujetó con sus manos alrededor de sus caderas y la presionó contra su entrepierna, robándole un gemido.
Separó su boca de la de él y lo miró ansiosa, deseosa por dar el siguiente paso.
Descendió sus manos hacia su pecho y comenzó a desabotonar su camisa.
-No, Tiana, esper-
No lo dejó continuar, ya que se apoderó de sus labios, frotándose contra su entrepierna, logrando que la tomara de las caderas una vez más.
Podía sentirlo, él lo quería tanto como ella, y jamás se imaginó hacerlo en una bodega de vinos... Pero siempre había una primera vez para todo.
-¿Tiana? ¿Estás aquí?
Se separó de ella bruscamente, casi tirándola de sus piernas, si no fuera porque la rubia se abrazó a su cuello.
-¿Tiana? -preguntó confundida al escuchar ruidos del otro lado.
-Ella... No puede vernos -susurró contra uno de sus oídos.
-¿Por qué no?
-Porque no, ve, sale y-
-Con Nina nos contamos todo.
-Por favor, no hables de esto.
Sonrió traviesa y posó una de sus manos sobre su mejilla, pasándola la punta de su dedo índice por su labio inferior.
-Hagamos algo, yo no le cuento a Nina de esto, pero, tú y yo lo terminamos en otro lugar.
-No.
-¿No? Entonces ella lo sabrá.
-Por favor.
-Nina, estoy aquí -pronunció en voz alta, con una sonrisa burlona.
-De acuerdo, de acuerdo, lo haré -le dijo en un tono desesperado.
Sonrió y lo besó con tantas ganas, que ambos terminaron jadeando al separarse.
-Te visitaré esta noche -exclamó guiñándole un ojo, antes de bajarse de sus piernas.
Se fue rápidamente por uno de los pasillos, y pudo oírla hablar con Nina, antes de irse ambas.
No quería hacerlo, no de esa forma y con ella.
-¿Qué diablos hacías allí abajo? Te estaba buscando.
-Solo miraba los vinos.
-¿Solo los mirabas? Tu aliento no dice lo mismo.
Sonrió divertida, pasándose un dedo por los labios.
-Okay, probé uno, y estaba muy bueno.
-¿Por qué no lo trajiste entonces?
-Mm no es tu tipo.
-¿Cómo lo sabes?
-Tú misma me lo dijiste.
La observó confundida, no recordaba haber probado un vino de sus tíos que no le gustara.
-Pero descuida, esta noche me lo tomo entero -pronunció sonriendo, traviesa.
-Creo que has bebido de más...

...

(Ni guiones largos usaba 🤦🏻‍♀️ va a ser todo un desafío corregir esto después...)

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