El amor que pudo ser

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Los personajes de Naruto pertenecen a Masashi Kishimoto.

La historia está inspirada en la canción "Este amor que pudo ser" de Aleks Syntek y en un video que circula en internet sobre los divorcios en China.

Advertencias: AU, puede contener OoC.

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EL AMOR QUE PUDO SER

La pastelería "Honey and Milk" estaba muy concurrida a esa hora, cuarto para la una de la tarde. Sakura, quien la contemplaba parada detrás del gran ventanal de la oficina del edificio perteneciente a la compañía Uchiha, colocado enfrente del pequeño negocio, sabía el por qué.

El negocio era ya una tradición entre las personas de la ciudad de Konoha. Tenía casi ochenta años de haberse fundado bajo el mando de un hombre proveniente de Estados Unidos, y ahora su nieto, Choji, se encargaba de mantener o incluso superar el sabor característico de los deliciosos productos que se vendían ahí.

La puerta de aquella impecable y elegante oficina ubicada en el segundo piso de la compañía se abrió capturando la atención de la chica de cabello rosa.

Su corazón se calmó al ver a la secretaria de cabello castaño.

—Señora Uchiha, el señor Uchiha llamó y dijo que se retrasaría un poco ya que se le presentaron algunos contratiempos. —Informó.

—Gracias Tenten. —respondió Sakura con una sonrisa de cortesía.

La secretaría se despidió diciendo que la podía llamar si se le ofrecía algo y cerró la puerta. Sakura volvió a mirar a través del ventanal.

La pastelería de color crema y azul era de tres pisos, el primero era donde los clientes podían disfrutar los deliciosos postres en las mesas reservadas para ello, o comprarlos en el mostrador para llevar. Los otros dos eran donde los producían. Su sueño era dar un recorrido por esos pisos y aspirar aquel aroma de pan recién hecho.

Sakura suspiró con nostalgia.

—Señora Uchiha. —pronunció. Dos años y medio atrás si alguien le hubiera dicho que se casaría con Sasuke Uchiha, dueño de una de las constructoras más importantes de la ciudad, le habría estampado en la cara los cup cakes rellenos de fresa que tanto le gustaban, porque estaría diciendo una locura.

Y no porque lo imaginara inalcanzable, pues gozaba de su mismo estatus social, o hasta un poco más alto, pues era la heredera de una de las más prestigiosas cadenas de hospitales. Lo que pasaba era que ella no lo toleraba por su carácter soberbio, por creer que todos estaban a sus pies y porque creía que era una persona sin corazón.

Y contemplando aquella pastelería, los recuerdos de cuando conoció al hombre de cabello negro y ojos tan oscuros como la noche llegaron a ella.

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Sakura estaba sentada en una de las mesas pegadas a la ventana de la pastelería, leía un libro de poemas mientras disfrutaba de un capuchino y de un cup cake de vainilla relleno de fresa y con cobertura rosa. Aún seguía preguntándose si a Choji le resultaba el obsequiar aquellos panes en la compra de un café.

Y es que unas semanas después de haber encontrado ese local siempre que pedía un café Choji personalmente le llevaba algún postre, hasta que descubrió que su preferido era el que consumía en ese momento.

Su celular sonó anunciando que tenía un mensaje. Ella lo leyó y con un poco de pesar descubrió que había llegado un paciente infartado. Guardó su libro y sacó el importe exacto del café más la propina y lo dejó sobre la mesa.

El amor que pudo serWhere stories live. Discover now