Soy Yo

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Un círculo vicioso es una situación que por algún motivo no podemos quebrar, nos engañamos, fingimos, hasta en algunos casos la dignidad se pierde en el proceso; porque, todo se vuelve a repetir, tortuosa y lentamente, y uno lo permite, sabiendo que nos guiará a la destrucción. 

La interrogante sería ¿Cómo inició el círculo vicioso?  Pues... Todo emprendió en un simple coqueteo. Uno nunca sabe lo que puede empezar un juego de miradas y un intercambio de sonrisas. Coincidieron en una fiesta. Grupo de amigos de universidad, música estrepitosa, un diálogo corto y sin sentido, licor mezclado con sustancias dulces, un beso torpe y fugaz , y finalmente un "espero verte pronto". 

La segunda vez que se toparon no fue tan distinta; pero esta vez, a diferencia de la primera, ambos estaban completamente sobrios. JongIn fue el que dio el primer paso y rompió el hielo; fue directo hacia KyungSoo, con esa seguridad desprendida que te dejaba sin habla, y su sonrisa galante que se hacía presente. Bromeó sobre la música del recinto y se quejó también del licor, que estaba algo aguado. KyungSoo estaba torpe y más tímido de lo normal, el alcohol de su vaso salpicaba al piso cada vez que movía su extremidad en el momento de la cháchara, y no era para menos, ya que con la persona que tenía en frente, se había besado sin saber su nombre o si quiera presentarse.
Los resultados fueron los mismos, terminaron besándose en la cocina, contra los cajones que guardaban las ollas, compartiendo una aceituna verde de manera divertida. Risas, dientes blancos, chistes, buen humor desmedido; fue una velada fresca y coqueta. Esa las tinieblas intercambiaron números. 

Un mensaje de texto llegó al celular de KyungSoo a la mañana siguiente. Esa misma tarde se citaron, no les importo las secuelas de la resaca. El chispazo fue inmediato. Notorio. Gozaban una conexión envidiable a  simple vista de los transeúntes, y es que nunca tenían el típico silencio incómodo, les escaseaba tiempo para charlar y reírse. El gusto mutuo era abrumador, sumado a lo bien que encajaban juntos. Como dos piezas de rompecabezas que llevaban pérdidas hace siglos y se unieron en una coincidencia. 

Luego de dos meses, JongIn se declaró, le propuso a Kyung que fueran novios. Ese día especial, fue el más representativo por parte de Kyung, ya que en un par de meses después, tuvo su primera vez, la primera experiencia, esa que recordarías por el resto de tu vida, hizo el amor con JongIn. 

Intercambiaron te quieros sudorosos, promesas jadeantes. Frases llenas de cariño cuando juntaban sus frentes perladas, caricias furtivas, explorándose mutuamente, conociendo sus cuerpos, sus pieles, sus zonas. Sondeando lo desconocido. Dedos tímidos por palpar un cuerpo inexperto, era excitante y lujurioso a la vez. 

JongIn se encargó que KyungSoo se sintiera especial. Que en ese instante se sintiera amado y valorado. Fue cuidadoso, besó cada centímetro de la dermis blanquecina. Lamió sus muslos antes de invadir su entrada. Fue paciente. Espero su señal para penetrarlo. Comenzó con un vaivén suave para que se adaptara a su carne y luego empezó moverse. En cada estocada besaba los labios hinchados, succionaba un pezón, hacía dibujos en las caderas. JongIn hizo todo el trabajo. Al final, ambos se vinieron, KyungSoo fue el primero, luego de unos segundos le tocó a JongIn. Y cuando el semen caliente le llenó las paredes, KyungSoo logró oír un "Te amo" pronunciado de los labios de su novio. 

El primer te amo y su primera vez, al mismo tiempo. 

KyungSoo nunca se había sentido tan pleno. 

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Con el paso de los meses, KyungSoo pensó que ambos se entendían a la perfección. Ambos suponieron que se conocían lo suficiente, que ya dominaban sus virtudes y defectos. Como la histeria de KyungSoo y la poca paciencia de JongIn.

En una leyenda japonesa, se cuenta sobre un dichoso hilo rojo, aquello narra que las personas predestinadas a conocerse y estar juntas están unidas por un hilo rojo atado por el meñique. Y joder, ellos dos debían tener ese misterioso hilo amarrado en el dedo ya que esa predilección que les abrasaba el pecho a ambos, era abrumadora, pasional, única.

OportunidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora