"No dejes que termine el día, por favor, no dejes…
Que no pase sin que hayas reído, sin que hayas amado, sin que hayas crecido.
No dejes que se vaya, por favor, no dejes…
No desperdicies tu tiempo intentando conquistar tesoros y trofeos.
Porque las cosas más hermosas de este mundo tienen valor, aunque no tienen precio.
Que no se vaya sin que puedas mirar lo que no se ve.
Sin que aprendas a escuchar donde no hay palabras.
Sin que dejes huellas eternas en el tic tac del reloj.
No dejes que termine, por favor, no dejes…
Camina despacio, huele una flor, toma una mano…
Ríe con ganas, juega con niños, baila o canta…
No te acuestes sin emociones, sin gloria, sin sentido. No abandones tus sueños de hacer de tu mundo algo extraordinario…
Porque están los días muertos, esos que se van, así, en silencio. Sin dejar nada, sin pedir nada, sin ser nada. Y cuando te das cuenta, ellos se llevaron las horas y los meses. Y aquello no merece ser llamados vida, sino muerte...
No dejes que termine el día, por favor, no dejes…"