CAPÍTULO 2
Al día siguiente mi madre me despertó muy temprano, no quería que llegara tarde a mi nueva escuela.
Me pusé unos jeans y una blusa azul claro, y encima una chamarra negra con un dragón estampado en un brazo.
Mi mamá me apuró desde el automóvil.
La escuela no quedaba muy lejos, así que no tardamos en llegar. Entré por una inmensa puerta de metal pintada de café y me fijé en lo que había al rededor. Un pequeño pastizal con varios árboles que crecían allí. Del otro lado del camino estaba la cafetería.
-¡Aula 2A! -me gritó mi madre-. ¡Suerte! -y arrancó.
Me quedé allí, sin tener idea de dónde estaba el aula 2A.
De pronto, una chica entró sudada y respirando bocanadas de aire.
-Diablos. Debo conseguir una nueva bicicleta -me dijo.
Sonreí.
-¿A qué clase vas? -le pregunté.
-A la del aula 2A, pero soy nueva y no se dónde queda.
Sonreí de nuevo.
-Vamos, busquémoslo.
Se llamaba Alice. Era una chica simpatiquísima, inteligente y aventurada. En un intento fallido de encontrar el aula 2A, entramos al 2B (que resultaba estar del otro lado de la escuela). El maestro nos miró.
-Largo de mi clase.
Alice cerró la puerta. Una vez que lo hizo, dijo en voz muy alta, con ganas de que el mestro la oyera:
-¡Está en sus días!
Y corrimos, para que no nos reprendiera. Reímos un rato, mientras caminábamos. Me estaba cansando de caminar cuando por fin el gran aula 2A apareció, con la puerta abierta. El maestro aun no había llegado, por lo que varios alumnos hablaban en pequeños grupos, creando un escándalo.
Miré a todos lados y encontré dos pupitres vacíos. Le indiqué a Alice con la mirada que nos sentáramos allí.
Empezamos a hablar y a conocernos más. Le fascinaba la música alternativa, leer novelas fantásticas y de caballeros, caminar y salir con amigos. Su deporte favorito era la natación y era alérgica a los mariscos. Estaba contándome todo esto, cuando de prontó, se calló por completo.
-¿Qué pasa? -le pregunté.
-El chico de por ahí no para de verte- me dijo, sonriendo, señalando a un chico que estaba sentado encima del pupitre, rodeado de un bulto de gente, de donde la mayoría eran mujeres-. Es guapo, ¿ah?
Me fijé bien. Su estatura era alta, tenía unos brazotes musculosos y sus ojos eran... Verdes.
-No puede ser- le dije a Alice.
-¿Qué? ¿No lo quieres? ¡Entonces déjamelo a mí!
-No, no es eso. Ya lo conocía...
-¿¡Qué!? ¿¡De dónde!?
-Ayer... En una tienda de bocadillos. Me hizo reír una o dos veces.
-¿Y te gusta?
-No-titubeé un poco. No quería contarle que me había cautivado desde la primer mirada. Ella me miró con una sonrisa burlona-. ¡No! En serio.
-Bueno... Entonces... ¿Puedo?
-Todo tuyo.
En ese momento el profesor entró en la sala.
Nos obligó a presentarnos todos. Aunque en realidad sólo puse atención cuando pasó él.
Ned. Había olvidado su nombre. Le gustaba leer historias de terror, su super héroe favorito era Batman (porque le demostraba que no se necesita tener un super poder para hacer un cambio en el mundo), su película favorita era The Notebook. Su mayor sueño era sacrle un ojo a un alienígena y venderlo para hacerse millonario. Su color favorito era (lo dijo mirándome, ya que llevaba una blusa de ese color) azul claro. Era un chico original. Eso me gustaba.
Pasaron dos personas después de él y luego yo.
Expliqué que era nueva porque recientemente me había mudado a esa ciudad, que mi género musical favorito era el alternativo, mi color favorito el verde... (Eso lo dije mirando a Ned, con intención de coquetearle... No soy muy buena en eso). Dije que mi pasatiempo favorito era leer novelas de caballeros y de épocas remotas. Y comer. Dije que amaba comer.
Luego de eso, el profesor nos dio una plática de la importancia que tenía la lengua inglesa en el mundo y nos dijo que cada lunes, nos iban a tocar tres horas con él. Tres horas que a mi se me hicieron eternas.
Finalmente, cuando empezaba a cabecear de sueño, el milagroso timbre sonó y todos suspiraron de alivio. Levanté mis cosas y salí. Alice iba detras mío.
Decidimos sentarnos bajo uno de los árboles que estaban en el patio principal. Al poco rato, la perfecta figura de Ned se posó frente a nosotros.
-Hola. ¿Les habían dicho que son muy guapas?
-Tu forma de ligue es muy extraña- comentó Alice, sonriendo.
-Me lo han dicho -rió Ned-. ¿Podrías levantarte? necesito hablar contigo- le dijo a Alice.
Ella lo hizo. Hablaron unos minutos y después, Alice se acercó a mi.
-Voy a comprar en la cafetería.
-Te acompaño-me ofrecí.
-No... Es que... También voy a ligar.
Había escuchado escusas malas, pero de todas, esa era la peor. Me reí un poco, y asentí. Alice se alejó y fue entonces cuando Ned se acercó.
-¿Puedo acompañarte?
-No es mi patio-dije sonriendo. Me estaba hablando. ¡Eso era demasiado irreal!
Se sentó junto a mi y me miró por unos segundos.
-Tu hermano come mucho- observó, haciendo referencia a lo ocurrido la tarde pasada.
-Demasiado. Yo no se cómo no engorda. Debería de ser un obeso mórbido.
-¿Y rodar en lugar de caminar?
Nos reímos. Diablos. Ese chico era particularmente agradable. Y eso que sólo habíamos dicho unas cuantas frases.
-¿Entonces tu color favorito es el verde? - me dijo, sonriendo de oreja a oreja.
-¿Y el tuyo el azul? -le contesté la sonrisa.
-Quieres ligarme.
-Te gusto.
-Yo a ti más.
-Me vendiste bocadillos- me burlé.
-Me dijiste que te gustaban mis ojos.
-No lo hice.
-Indirectamente- insistió.
-No lo hice.
-Te gusto.
-Yo te gusto a ti.
-Tal vez...
-¿Entonces Batman te inspira?
-Es demasiado bueno. Mi padre me compraba sus cómics cuando era niño. No me he perdido ni uno.
-Yo una vez compré uno, pero lo hice por el Joker. Es mi villano favorito.
-Es un descarado psicópata.
-Es el mejor descarado psicópata- corregí.
-Debo admitir que sus crímenes son alucinantes. Aunque el Riddler también es bueno.
-Sus acertijos me marean.
-Son confusos, en efecto, pero son muy buenos. Siempre quise hacer uno. Y nunca lo conseguí, pero escuché uno muy bueno.
-¿Cuál?
-Tienes un círculo. Así. Nada más.
-¿Nada?
-Bueno. Un lápiz.
-¿De dibujo?
-¿Acaso importa?
-Prosigue.
-Hecho. Tienes el círculo. Y el lápiz. Y quieres saber en dónde está el centro exacto de ese círculo. ¿Cómo lo haces?
Lo medité por un momento. Pensé en muchas formas irónicas y erróneas, y ninguna dio con el objetivo.
Ned me miraba muy concentrado, cosa que me gustaba, aunque me distraía. No pude pensar bien en cuál sería mi respuesta.
-No me tienes que decir ahora. Reflexiona. Piénsalo muy bien.
-Te digo mañana.
-Hecho. Bueno, tengo que deshacerme de mis fecalidades. Voy al baño.
-Esa palabra ni siquiera existe.
-La acabo de inventar -me sonrió.
-Anda, ya. No te vayas a mear en los pantalones.
-Oye, creo que tengo control suficiente en mi mismo como para evitar eso -sonrió-. Hasta luego.
-Hasta luego.
Se agachó y chocó su mejilla contra la mía, despidiéndose. Era sorprendentemente suave. Me sonrió y... Y me guiñó el ojo. Vaya carisma.
Alice salió de detrás de un árbol. Me reí.
-¿Qué tal tu comida?- le pregunté.
-¿Comi...? Ah si. No he podido comprar. Hay mucha gente.
-¿Qué tanto escuchaste?
-Casi todo. ¡Es un muchacho increíble!
-Ni me lo digas. Creo que...
-¿Crees que qué?-urgió.
-Nada, ni siquiera es posible."Creo que me estoy enamorando", pensé para mis adentros.
ESTÁS LEYENDO
Segundos del Minuto
Romance"Hermosa" es un adjetivo extremista, mientras que "guapa" es un adjetivo cualquiera, uno común, que cualquier persona puede usar para describir a otra. Pero "hermosa" es un título que pocas pueden alcanzar. Liza es una chica común, con una vida comú...