Capítulo I - Sin recuerdos.

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Lo único que mantenía a Rie distraída de lo que fuese que le hubiere ocurrido, era quien estaba a cargo de ella desde que había llegado a aquel hospital. Había ganado un buen amigo, uno que aspiraba a convertirse en médico en algún tiempo. Lo poco que recordaba de ella misma, es que su nombre era Kitahara Rie, y que un día la encontraron en pésimas condiciones en uno de los callejones de Tokio, casi como si hubiese sido violentada, pero al haber perdido la memoria, no sabía lo que había ocurrido ese día.

—¿Hoy tampoco hay ningún avance? —Cuestionó aquel chico apenas iba entrando a su habitación, y también quien se había ganado la confianza de Rie en el tiempo que llevaba en sitio, y esta al notarlo, despegó su vista de la ventana, y asegurándose de que nadie más pasara por ahí, le respondió amigablemente, como siempre solía hacer cuando se encontraban a solas.

—Nada, Sota. Por más que intento recordar... No hay nada, tengo suerte de por lo menos recordar mi nombre.

El chico aprovechando que tenía tiempo libre, acercó una silla y la colocó a lado de la cama de Rie para sentarse. Apenas lo hizo, tomó una de sus manos, y la acarició con delicadeza mientras le dedicaba una sonrisa, en busca de hacerla sentir en calma. No era ningún secreto que Sota tenía interés amoroso por Rie, pero esta al ser una paciente, no le hacía las cosas sencillas, eso, y el que ella no supiera sobre los sentimientos de él.

—No te esfuerces de más, ya verás que poco a poco vas a recordar sobre tu vida, ¿sí? Además... —Hizo una pequeña pausa, pero por sus facciones, se podía notar que traía buenas noticias con él. —Estuve hablando con quienes están a cargo tuyo, y... Mañana mismo te dan de alta. ¡Por fin podrás salir de aquí!

Sota sonrió, se sentía feliz por el hecho de que la chica por fin fuese a dejar el hospital, pero por otra parte, Rie mostraba cara de preocupación. No sabía que tan bueno era eso al estar en su estado.

—Tengo miedo, Sota... ¿qué me espera allá afuera? Aquí te tengo a ti... pero, ¿allá? No tengo a nadie.

—Rie... —Sostuvo con mayor firmeza la mano de la chica, mientras la miraba directo a los ojos. —Ya habíamos hablado de esto, sabes que independientemente de que estés aquí o allá, yo jamás te dejaré sola. Y también te dije que podías vivir en mi departamento, en lo que buscas algún empleo y rehacer tu vida.

—Lo sé, pero aún así siento miedo... Es como si tuviera esa sensación de que, cuando recuerde todo, muchas cosas van a cambiar. ¿Y si tengo un pasado malo? Me aterra la idea de sólo pensarlo.

—Entonces no lo pienses, y aunque así fuera, yo nunca te dejaré.

De pronto surgió un silencio en la habitación, ambos se sonreían, al parecer Rie había logrado sentirse más tranquila teniendo el apoyo del chico, sentía que nunca le alcanzarían las palabras para agradecerle todo lo que hacía por ella.

—¡Fukushi-san! ¡Tenemos una emergencia! —Una de las enfermeras se asomó a la habitación, y de inmediato Sota soltó la mano de Rie, ya que se suponía debía ser "discreto" respecto a su relación con ella.

—Voy enseguida. —Replicó, y de nuevo giró su vista hacia Rie. —Pedí el día de mañana, así que te estaré esperando afuera desde temprano, ¿vale? —Le murmuró aquello, según él, en un intento porque la enfermera no lo escuchara, a lo cual Kitahara, simplemente asintió con una pequeña sonrisa sobre sus labios.

Al salir Sota, la enfermera echó una pequeña risa.

—Más obvio no puede ser, Fukushi-san.

Este simplemente rió un poco, a pesar de ser todavía un interno, tenía que respetar las políticas del hospital y no formar relaciones con los pacientes, aunque eso ya no importaba mucho, después de todo, a partir del día siguiente Rie dejaría de ser una.

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⏰ Última actualización: May 21, 2017 ⏰

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