Evadne.(Terminada)

Evadne, ninfa de agua.

Cuando la hija de Poseidón; Dios del océano, y Anfítrite; Ninfa del mar Mediterráneo, cumplió dieciséis años su madre le permitió salir de las profundidades y adentrarse en tierra firme pero con la condición de no relacionarse con ningún humano. Una vez allí, la hermosa joven de nombre Evadne se escabulló hacia el mercado de una aldea cercana al mar; asombrada por todo lo que la rodeaba no logró ver al muchacho cargado con una gran pila de canastas repletas de manzanas, lo que causó que ambos se estrellaran. El chico, llamado Karan, y Evadne sintieron como si hubiesen sido flechados por el mismísimo Eros, pasaron el resto del día juntos y acordaron volver a verse los días posteriores en el lugar donde se conocieron. El amor que sentían el uno por el otro crecía cada vez más y más, tanto que se les hacia insoportable tener que separarse al momento del ocaso, por lo que decidieron fugarse juntos al día siguiente. Anfítrite, al enterarse de los planes que tenía su hija se enfureció tanto que advirtió a Poseidón de ellos, y juntos, idearon un plan para que Evadne y Karan no lograran su cometido. El Dios del océano creó a una Ninfa con el aspecto exacto al de su hija para que tome su lugar en el momento del escape, mientras que Anfítrite encerró a su hija en las profundidades del mar. Cuando la falsa Evadne se encuentra en los brazos del joven enamorado, clava un cuchillo en su corazón causándole una muerte inmediata; en cuanto a la muchacha encerrada, una vez que logró escapar de la cueva oscura donde su madre la puso se apresuro a llegar a su destino, pero una vez allí lo único que encontró fue el cuerpo sin vida de su verdadero amor, tanto lloró y lloró que sus lagrimas causaron que las tranquilas aguas del océano se volvieran tormentosas y arrasaran con todo a su paso, incluida esa pequeña aldea en la cual había vivido sus mejores recuerdos.

A partir de ese momento Evadne vuelve todos los años al lugar donde murieron sus sueños e ilusiones, donde vio por última vez a su Karan. Y llora, y llora, y sigue llorando.