Parte 4

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Cuando llegamos al pueblo de mi tía, yo quede decepcionada me imaginaba que ella tendría una casa bonita ;pero no ,esa era una casa común y corriente de un piso ,pintada de color verde menta y que ya casi ni se notaba por lo vieja que estaba la pintura.

Mi madre y su hermana se pusieron a conversar en la sala. A mi me daba lo mismo ,mi tía siempre me había parecido una persona muy extraña las pocas veces que fue a visitarnos a Nuest casi ni hablaba, ambas voltearon a mirarme así que hice un esfuerzo por sonreír.

Coloque con desgano la poca ropa que tenía en el armario de la habitación que me dieron.

—Mirian ,ven pronto tu mamá ya se va, despídete de ella.

—Ya voy tía—respondí sin ganas.

Mi mamá me abrazo, me dijo que me cuide mucho y que me comporte,que ya me había inscrito en la escuela.

—No te preocupes la cuidare muy bien —le dijo mi tía.

Mi madre se fue y yo me dirigí a mi habitación ;pero de pronto sentí que alguien me tomaba del brazo.

—¿A donde crees que vas?

—A mi habitación, tía estoy cansada.

Mi tía soltó una risa y me dijo:

—Esa no es tu habitación no seas tonta.

No lo podía creer, la vieja me había mentido ,solo quería quedar bien con mi madre. Saco toda mi ropa del armario y la lanzo al pasillo me condujo a una vieja y pequeña habitación al final del pasillo.

—Está es la habitación que usaba tu madre ,sobrina querida.

El olor a humedad me hizo estornudar.

—No voy a dormir allí— le grite enojada.

Me miro asombrada y me dijo—Dormirás allí o en el piso no me importa ,no te daré otra habitación y apúrate que tienes que preparar la cena.

Tenia ganas de salir corriendo y pedirle perdón a mi madre ;pero ya era tarde, solo tome aire y jure que me vengaría, mi tía Malena me las pagaría de alguna u otra manera.

No había pasado ni un día y ambas nos habíamos declarado la guerra.

Yo me esforcé mucho por limpiar esa pocilga que ella llamaba hogar y ella solo metió una cabra a la sala ,era una loca.

Encontré todo tipo de insectos ,montones de periódicos viejos y unos frasquitos que mi tía no me dejaba tocar y yo me preguntaba que serían.

Estaba mirando uno detenidamente, su color turquesa llamaba mucho la atención, cuando de pronto la escuche gritarme

—¡Suelta eso¡

—Como quieras tía— le dije. 

Luego lo solté,este se estrello contra el piso y ella me lanzo una mirada de odio.

—¡Fuera de mi casa¡—me grito enojada

—¿Pero a donde iré tía querida?

—A la calle, a la escuela ...Simplemente ¡Lárgate¡.

En ese momento recordé que era verdad, tenia que ir a la escuela cogí mi cartera salí de la casa camine unos cuatro pasos y me di cuenta que no sabia donde quedaba la escuela.

Deambule por las calles empedradas de esa ciudad que se había quedado atrapada en el pasado donde todo era viejo, el sol me quemaba y yo ya estaba harta.

En el jardín de una casa un viejo regaba sus plantas así que le pregunte por la escuela y me dijo que siguiera de frente que me daria cuenta porque estaba frente a la plaza.

Cuando por fin llegue un hombre algo mayor me dijo que mi salón estaba en el segundo nivel.

Odiaba subir las escaleras, así que lo hice renegando y finalmente toque la puerta del salón.

Esta se abrió y vi que todos están observándome.

Hice un rápido escaneo de mis nuevos compañeros y entonces lo vi, él era el chico mas lindo que había visto en mi vida, era como encontrarse una moneda en el piso,como tomarse una bebida fría en un día caluroso, simplemente hermoso.


El salto de un Ángel (Joel Pimentel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora