Dulces sueños.

23 de enero, 2001, era una noche lluviosa de invierno, estaba completamente solo a mitad de la noche dirigiéndome a casa después de una fiesta con mis amigos... vaya fiesta.

A 2 cuadras de mi casa oigo que algo se mueve atrás de mi, sinceramente me puse muy nervioso puesto que no eran unos sonidos muy comunes... Eran organizados, seguían un patrón específico, golpe, golpe, pausa, golpe, golpe... Empecé a acelerar mi paso considerablemente porque el miedo me ganaba, a punto de llegar a mi casa me doy cuenta que mis llaves no están conmigo, se habían caído justo donde empezaron esos golpes... sin nada que perder y por hacerme el valiente me dirige por ellas... vaya error.

Lo que encontré fue grotesco en todo el sentido de a palabra; apenas podía creerlo, era muy repugnante ver algo así y a pocos metros de distancia...

Resulta que eran cuerpos, no uno, ni dos, ni tres, eran como 6 cuerpos colgados de cabeza de un árbol, los golpes, era la sangre que de ellos goteaba y golpeaban una tapa de un basurero.

Quedé traumado... jamás imaginé ver algo así en mi vida... asustado llamé a la policía para notificar lo que había visto, fui corriendo a mi casa a esperarlos, llegaros y ya no había nada.

Me costaba creerlo, ¿Cómo pude haber imaginado eso y verse tan real? ¿Cómo pude incluso escuchar claramente esos golpes?... No tenía ni idea de lo que estaba pasando.

Los policías me ofendieron puesto que al no ver nada creyeron que solo estaba bromeando, me dieron una advertencia y se fueron furiosos...

Estaba durmiendo eran aproximadamente las 4:00 am. Cuando vuelvo a escuchar aquellos golpes de nuevo; entré en pánico puesto que se oían dentro de mi casa, del baño para ser exactos. El sonido era insoportable y sabía que no iba a parar hasta que fuera a echar un vistazo... me armé de valor, encendí la luz y me fui directo al baño, para mi sorpresa no era lo que esperaba... era algo peor. Eran los policías que unas horas atrás estaban en mi casa, la paranoia comenzó a invadirme, sabía que yo era el próximo...

Traté de tranquilizarme y que el pánico no me dejara pensar, solo pensaba en Mariana, mi hermana menor.

Como todo adulto irresponsable y ciertamente idiota, me daba igual morir o vivir, pero de lo que estaba seguro es que lucharía por mi hermana a toda costa y contra lo que fuera. Esa noche, apenas dormí 2 horas ignorando todo a mi alrededor... cuando desperté estaba sudando y Mariana seguía dormida, me esforcé en creer que todo solo fue una pesadilla sin más ni más... Pero no era así, todo fue real.

Antes de darme cuenta de eso le preparé es desayuno a Mariana, pues tenía que ir a la escuela, me aproximé al baño para bañarme y no había nada... solo un olor a sangre penetrante que te mareaba, ahí fue donde me di cuenta que todo es real...

Eran las 8:30 am. Seguía confundido, seguía sin entender nada, la persona, o peor aún la cosa que haya hecho eso puede entrar y salir de mi casa cuando le plazca, si quisiera matarme ya lo hubiera hecho... Ya veo, quiere jugar conmigo, volverme loco, pero no va a poder, mientras Mariana esté a salvo, todo estará bien... Todo estará bien.

Mi principal preocupación era Mariana, temía que le pasara algo, no podría vivir sabiendo que ella murió cuando yo pude hacer algo, simplemente no lo puedo permitir.

Caía la noche y me empezaba a preocupar, los golpes, de nuevo, esta vez se oían fuera de mi casa, apenas distinguibles, pero ese patrón de golpes jamás se me olvidará... Quito las persianas de la ventana y lo que vi me aterró aún más. Esta vez no eran cuerpos, era un mensaje escrito con sangre... "¿Las pesadillas se hacen realidad?"